La histórica remontada de AS Roma ante el FC Barcelona no podía quedarse sin su entrega de #ConclusionesInvictas. Fue un día de mucha actividad, pero era necesario darnos un tiempo para compilar y compartirles lo que nos dejó el imponente triunfo de La Loba en la cancha del Stadio Olímpico.
Esperamos que disfruten la lectura.
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CONCLUSIONES INVICTAS: LA REMONTADA HISTÓRICA DE LA LOBA
➔ AS Roma nunca dejó de creer. No basta con declararlo, se tiene que demostrar. Desde el minuto uno, el equipo de Di Francesco salió a dejarse todo. A pesar de que sabían que era una misión complicadísima, verdaderamente estaban convencidos de que podían dañar al FC Barcelona. Nos gustó mucho la lectura que hicieron Monchi y De Rossi: la remontada inició en el Camp Nou. Y es que en territorio blaugrana se dieron que, sin detalles como autogoles y polémica arbitral, podían imponerse. Es paradójico y curioso, pero salieron fortalecidos tras perder 4-1.
➔ Rozaron la perfección. Iban por una noche prácticamente perfecta, y la completaron. Gol de vestidor, presión alta, mantuvieron un ritmo altísimo, cortaron las posibles sociedades que podían dañarlos y, en el momento justo (después del penal), supieron noquear. Hemos de confesar que pensábamos que AS Roma no iba a poder sostener el ritmo del inicio de partido, pero fue impresionante el compromiso colectivo que existió. Si por lo exhibido en el Camp Nou creían en la remontada, el gol de vestidor (Dzeko) fue el aliciente que disparó el nivel de estamina.
➔ Di Francesco arriesgó y arrasó. Mientras el míster Valverde repitió exactamente su XI, Eusebio rompió el 4-3-3 y salió a buscar al rival con un 3-5-2 (3-4-1-2, cuando Radja se metió como mediapunta). Alisson, arquero. Fazio, Manolas y Juan Jesus, centrales. Kolarov/Florenzi, carrileros. Radja, De Rossi y Strootman, mediocampo. Y Dzeko y Schick, delanteros para tener el duelo directo con Piqué/Umtiti. Buscó profundizar con los hombres de banda, y lo logró. Puso a competir/bajar pelotas a Dzeko/Schick, y lo logró. Quiso ganar el mediocampo y repartirse a Messi con su trivote, y lo logró. La idea de Di Francesco, extraordinaria. La ejecución, bestial.
➔ Una noche épica. AS Roma no sólo remontó, sino que fue superior de principio a fin. Por la forma, por el marcador que revirtieron y por el rival, una victoria que se coloca como una de las hazañas más memorables en toda la historia de la UEFA Champions League. Así de grande fue el golpe que pegó el equipo capitalino.
➔ Las revanchas, a veces, llegan pronto. De Rossi y Manolas condicionaron la ida con sus autogoles. Bueno, pues en el Olímpico convirtieron y jugaron un partido completísimo. El capitano fue el punto de equilibrio del equipo y, encima, estuvo muy acertado en duelos individuales. Manolas, por su parte, dio la exhibición de su vida. Si bien es cierto que AS Roma defendió lejos de su arco (estuvieron descomunales en faceta de presión), el griego tuvo un par de cortes buenísimos (sobre el final, hubo uno que pudo cambiarlo todo). El bendito fútbol tiene estas cosas. Un día te sientes en la mierda, y al otro eres figura en una remontada antológica.
➔ La eliminatoria de Edin Dzeko. El 9 que liquidó al FC Barcelona. Su gol en el Camp Nou dio vida y su gol en el Olímpico mostró el camino. Se metió a la cartera a Piqué y Umtiti. Bien en duelos aéreos, dio continuidad a los ataques y, además, tuvo contundencia. No sólo estuvo bien esta noche, también respondió en la ida. Uno de esos delanteros que, sin hacer mucho ruido, llevan años rompiéndola en campeonatos TOP. Y pensar que, en enero, estuvo a punto de irse al Chelsea…
➔ Le ganaron a Valverde. Con la portada de lunes todo es más fácil, pero lo comentábamos desde la previa, ¿por qué otra vez esa dupla Sergi Roberto/Semedo? Pensando en liquidar la serie, y en fijar a Kolarov, ¿no era mejor apostar por Dembélé desde un inicio? Después, los cambios. Su primer ajuste fue ¡¡¿André Gomes?!! Y no metió a Ousmane y Alcácer hasta que todo estaba perdido. También le está pesando la gestión del plantel. Desde hace varios compromisos había señales de que el equipo lucía desgastado, y las rotaciones fueron mínimas en Liga. Con el colchón que tenían en el campeonato local, había que rotar más. Llegar justo a la definición de los títulos, cuesta carísimo. Convencidos de que aprenderá de esto. Zidane lo entendió (la importancia de rotar) desde su primera campaña y el resultado fue un histórico bicampeonato.
➔ Lionel Messi y otro año sin UEFA Champions League. Con el partido que hizo el Barça, la única opción era que marcara de tiro libre o sacándose a 5-6 rivales. Y no pudo. Perfecto Roma, terrible Barça y Messi no logró resolver con una genialidad, como lo venía haciendo durante todo el curso. Con este apunte, no estamos tratando de defenderlo. No es un ‘Messi nunca tiene la culpa’. Por supuesto que el 10 ha tenido malas noches en su carrera, pero siempre hay que valorar los contextos. Si tienes al soldado más cabrón del mundo, y lo rodeas/acompañas bien, lo normal es que ganes. Habrá batallas en las que, aún sin mucho acompañamiento, te resuelva; pero no podrá con todas. En esta lucha, ¿el soldado #1 estuvo bien acompañado/rodeado? No. Si a tu soldado lo rodeas bien, y él falla los disparos finales, se puede hablar de la responsabilidad (o culpabilidad). Si no es así, sólo queda rezar para que se salga del script. Y en Champions no siempre basta con eso. Que Messi sea el jugador que menos apoyo colectivo necesita para marcar diferencia no quiere decir que no lo necesite. Para distribuir, debe tener a quién dársela. Para asociarse, debe tener quién la regrese. Para generar, debe haber movimientos importantes. Y para finalizar en el área, debe tener quién lo habilite. ¿En el FC Barcelona cuenta con esos puntos/elementos? Sí. ¿Los tuvo en el Olímpico? Exacto.
➔ El apoyo/poderío colectivo define en Champions. Después de la eliminación del FC Barcelona, recibimos cientos de mensajes sobre Messi/Cristiano. Que el argentino se esconde, que el portugués siempre aparece, que uno siempre se agiganta y que el otro es un pecho frío. A ver. Los dos son unos animales; son los dos jugadores más decisivos del mundo. Dejando eso claro, en torneos como la Champions League, el acompañamiento y apoyo colectivo es fundamental. ¿A qué nos referimos? CR7 ha sido mucho más decisivo que Messi en las últimas Champions, no obstante, también ha habido partidos que han sido sostenidos por sus compañeros. Ejemplo: en el camino de las Champions 2015 y 2016, CR7 fue clave para llegar a la final. Pero, ¿qué pasó en las finales? Cristiano no estuvo afortunado en el tiempo regular y, gracias al trabajo de sus compañeros, tuvo la oportunidad de marcar diferencia en la última instancia (tiempo extra o penales). En el Barça, últimamente, todo se reduce a Messi. Si no hay genialidad, a casa (la única noche reciente, en la que sostuvieron/llevaron al rosarino, fue en la remontada al PSG). Ante Chelsea no es que el FC Barcelona haya estado brillante, Lionel desajustó la balanza (igual ante Atlético, Las Palmas, Sevilla o Leganés). Pero cuando el genio no es arropado ni tantito, suceden cosas como lo de esta velada. En la Champions, ese es el combo que necesitan el Madrid y el FC Barcelona para trascender: tu animal normalmente resuelve, pero, cuando no sea así, el colectivo debe sostener. Cristiano Ronaldo ha contado con ese apoyo. Si todo se redujera a lo que hace el nacido en Funchal, Real Madrid habría perdido en Lisboa y Milán ante Atleti. ¿Por qué el Real Madrid no trascendía en las primeras Champions que disputó Cris? Porque en las noches en las que él estaba muy solo o no recibía muchos pelotas, no había otros que levantaran la mano. La directiva entendió eso, fichó a jugadores extraordinarios, rodeó bien a su fuera de serie y recuperaron el dominio en europeo. En este punto no estamos justificando a Messi ni restándole mérito a Cristiano, la intención es explicar la -gran- diferencia colectiva entre los dos equipos más dominantes de la época.
➔ El bajón de Umtiti. Preocupa lo del francés. Desde que salió a la mesa lo de su renovación, Samu ha jugado sus peores partidos con el FC Barcelona. Desorientado, impreciso y con fallas que, a este nivel, penalizan muchísimo. En el gol de Dzeko, le faltó ponerse de acuerdo con Jordi Alba para aplaudirle. Una pena que se haya desinflado en el momento bravo de la competencia, porque que su rendimiento estaba para estar en el podio de los mejores zagueros de la temporada. De cualquier manera, la directiva no puede permitir que se marche. A renovarlo y que se centre en lo futbolístico, que es una muralla.
➔ La reflexión interna en el FC Barcelona. La pregunta que deben hacerse en el interior del club catalán es: ¿cómo es posible que teniendo a jugadores tan buenos (muchos de ellos son TOP1 en sus puestos), sus opciones -en el pasado reciente- suelan reducirse a ‘lo que haga Lionenl Messi’? En esta temporada, el equipo mejoró atrás. El tema fue que, con el pasar de los meses, se volvió algo como ‘Marc-André ter Stegen salva con sus atajadas y Messi resuelva arriba’. FC Barcelona debe tener muchas más soluciones y variantes. Entre lo bien que iba la temporada, la carga de partidos y el extraordinario momento de Messi/Marc, bajaron la guardia. Y si bajas la guardia en la rondas KO de la Champions League, te vas a casita a verla por TV.
➔ Una UEFA Champions League histórica. Lo que más sorprendió es que el FC Barcelona quedara fuera, no que AS Roma hiciera un partido muy serio. Quizá no muchos lo tengan presente, pero este equipo goleó al Chelsea en el Olímpico, dejó en el camino en el Atlético de Madrid y avanzó como líder en un grupo, en el que partió como víctima junto al Qarabağ. Estamos ante la mejor Champions (formato actual) en la historia de la institución capitalina. Que nadie los haga menos en semifinales.
➔ En el fútbol no hay nada escrito. Nada se puede dar por descartado en el deporte. Los partidos se tienen que jugar. Una cosa es lo que dice la teoría y otra lo que sucede en la cancha. Este tipo de historias nos recuerdan que, cuando crees, juegas sin complejos, sales a dejarte todo y no te dejas llevar por el entorno, cualquier cosa es posible. AS Roma nos emocionó muchísimo. Cuando el partido estaba 2-0, queríamos que llegara el tercero porque, por cómo trabajaron la eliminatoria, se merecían culminar la obra. Las remontadas entre más inesperadas, mejores. Reconocimiento absoluto para los de Di Franscesco. Superaron, se devoraron y se cargaron al FC Barcelona.