La etapa de Memo Ochoa en Europa pudo ser muy distinta a la que ha vivido, pero el escándalo del clembuterol lo cambió todo… Aquel episodio durante la Copa de Oro 2011 (por una carne contaminada, varios jugadores del TRI dieron positivo en un control antidoping) evitó que Guillermo Ochoa cerrara su fichaje por el Paris Saint-Germain, club que lo estaba firmando para que formara parte de su ambicioso proyecto.
Memo -ni ningún otro jugador- tuvo la culpa de lo que ocurrió, sin embargo, ese capítulo complicó su operación porque no se sabía si podría seguir jugando o si enfrentaría algún tipo de sanción: «Lo de Memo se volvió muy frustrante porque, después de muchos intentos y muchos acercamientos para que él viniera al fútbol europeo, ya estaba a días de ser presentado en París (PSG). Y entonces, fue un golpe terrible. En ese verano la intención eran que llegara Memo y (Nicolas) Douchez. Entonces, se había hecho toda la defensa y parecía que esto (aclarar lo del clembuterol) iba a tardar 3 o 4 semanas, por lo menos. Y entonces el París nos dijo que nos esperaba unos días y, desgraciadamente, no llegamos a tiempo…», relató Jorge Berlanga, representante de Memo, en la fantástica serie Sin Derechos de Marca Claro.
Ochoa contó que la directiva del PSG prefirió hacerse a un lado y apostar por Sirigu: «Al final, el París terminó fichando a Sirigu. Me decían: ‘no podemos firmarte, no sabemos si vas a jugar, vamos a ocupar una plaza (extracomunitario), pagarte un salario sin hacer nada más que entrenar y si sales suspendido…’. Y pues era la duda, ¿no?».
En ese momento de incertidumbre y crisis, el único club que apoyó y estuvo con Memo fue el Ajaccio. Por eso, terminó incorporándose al club de Córcega: «En un hotel del aeropuerto de Marsella fue que nos vimos con el presidente, el vicepresidente, el director deportivo, y ahí lo arreglamos. Me dijo: ‘yo te quiero, con clembuterol o sin clembuterol. Si sales negativo, pues a jugar. Si sales positivo, yo voy a pelear contigo, voy a meter abogados, vamos a discutirlo y voy a estar atrás de ti'».
Ahora ya saben qué pasó, Invictos.
No es que haya quedado corto de calidad para jugar en un club poderoso, sino que el tema del clembuterol lo puso en desventaja y lo mandó a picar piedra desde el piso cero.
Lo de Memo es ejemplar.
Pese a encontrarse con un gran obstáculo, no se dejó vencer y fue a luchar su sueño. Lo fácil habría sido continuar con América, pero no. Sin importar las complicaciones, emprendió su aventura y ya lleva casi una década allá.
ORGULLO MEXICANO.
Dato Invicto. Guillermo Ochoa es el único portero mexicano que ha podido jugar en dos de las cinco Ligas más importantes de Europa. Compitió en Francia (Ajaccio) y en España (Málaga y Granada).
¿Sabías que…? Guillermo Ochoa se convirtió en un auténtico ídolo para los aficionados del Ajaccio. El canterano americanista fue vital para que el club se mantuviera tres temporadas consecutivas en Primera División.