La actividad del día arrancó con un sufrido triunfo de Uruguay ante Egipto. Seguimos con una inesperada victoria de Irán ante Marruecos. Y el día mundialista concluyó con un espectacular empate entre España y Portugal. Sin duda, el partido que se llevó la jornada se celebró en Sochi. Y es que, con un Cristiano Ronaldo pletórico, el actual campeón de Europa rescató un punto ante una de las selecciones favoritas en la Copa del Mundo de Rusia 2018.
Disfruten de la lectura, Invictos.
CONCLUSIONES INVICTAS: JORNADA 15 DE JUNIO
LA VICTORIA DE ALARIDO DE URUGUAY
➔ Siempre La Garra Charrúa. Lo escribimos durante el partido, lo reiteramos en esta entrega: aún cuando no están viviendo su tarde más lúcida, nunca bajan la guardia. Cuando muchos otros equipos hubiera dicho ‘hoy no va a entrar’, Uruguay siguió insistiendo. Y su -justo- premio llegó sobre la hora. Extraordinario remate de cabeza de José María Giménez, en una acción a balón parado. Lo que no pudieron hacer Luis Suárez y Edi Cavani (se les apareció el arquero), lo consiguió el central del Atlético de Madrid. Más empuje que fútbol, como dicta la tradición uruguaya.
➔ Un Egipto sin Salah. Mohamed no jugó. Fue a la banca, pero no vio actividad. Por la baja de Mohamed, los faraones perdieron muchísima fuerza para contraatacar. Y sin su máximo referente en el equipo, había que defender mucho mejor. Egipto jugó a aguantar, y casi lo logró. La cosa es que, cuando enfrentas a una selección con tanta calidad individual, lo normal es que termines sin final feliz. Con todo lo bueno que hicieron, y lo mucho que se esforzaron, debió ser frustante. Pero, bueno, es ley de fútbol/deporte: quien juega a no perder, generalmente pierde.
➔ Uruguay sufrió para elaborar. El 4-4-2 de Tabárez se hizo presente en Rusia 2018. Muslera, en el arco. Varela (nos agradó su partido), Giménez, Godín y Cáceres, en la línea defensiva. Nández, Vecino, Bentancur (el mejor en media cancha) y De Arrasceta, en la segunda línea. Y arriba los monstruos Edinson Cavani y Luis Suárez. Si toca atacar posicionalmente y elaborar, Uruguay no es prolijo. Se sienten mucho más cómodos con el juego directo.
➔ Los que quedaron a deber y los que ayudaron a mejorar. Poquísimo de De Arrascaeta y Nández. Y, la verdad, no sorprende. Si bien Giorgian ha jugado escorado hacia algún costado en el fútbol brasileño, donde se le ve mejor es en zona de mediapunta. Y en cuanto a Nández, pues tampoco es para extrañarse. Es más un mediocentro o interior que un volante exterior. Le pone ganas y quiere la pelota, pero en esa zona compite limitado (ni desequilibra ni tiene último pase). En el segundo tiempo, entraron El Cebolla/Carlos Sánchez y, como ellos están más acostumbrados a jugar por banda, se notó la diferencia. Aprovecharon el desgaste de Egipto para aumentar la presión/empuje. Al final, El Pato metió la asistencia definitiva.
➔ La mala tarde de Luis Suárez. En cuanto a movimientos puede estar tranquilo. El problema es que falló en su zona. Se perdió una clarísima en la primera mitad (le cayó un balón en el aérea y la echó afuera) y, en el segundo tiempo, desperdició dos pelotas extraordinarias que le puso Cavani. Fallón. El-Shenawy fue su pesadilla, aunque hay que señalar que, si Suárez sale en una mejor versión, esto termina en goleada. El Pistolero necesita enchufarse. En este juego, sus compañeros lo sostuvieron. En lo que viene, Uruguay necesitará, sí o sí, de su máximo goleador histórico.
➔ Nos fascinó Edi Cavani. Ni marcó ni asistió. Sin embargo, su partido fue buenísimo. Bajó para involucrarse más en el trámite, y terminó siendo una especie de 10. Si su compadre Suárez sale más certero, cierra el juego con dos asistencias antología. El mejor atacante en la cancha.
➔ El que más destacó de Egipto. Si hay un nombre que resaltar del lado africano es el de Mohamed Elneny. Todoterrenismo en su máxima expresión. Tremendo lo que recorrió, lo que presionó y lo que ayudó a sus centrales. Además, era el que trataba de ponerle más criterio a las -pocas- salidas egipcias.
➔ El MVP de la cancha. Por la impresión de las atajadas de El-Shenawy, normal que los aficionados le dieran el premio al cancerbero del equipo de Cúper. Pero la realidad es que el mejor del partido fue Diego Godín. El verdadero faraón jugó para Uruguay. Atinadísimo a la hora de los cortes, fino para anticipar y, encima, se animó a salir con conducciones/trazos largos. 5 despejes, 1 disparo bloqueado, 5 intercepciones, 4 entradas exitosas, ganó 11 de 15 duelos individuales, generó 1 ocasión y completó el 85% de sus pases. Imperial.
EL INESPERADO TRIUNFO DE IRÁN ANTE MARRUECOS
➔ El gol marroquí no cayó de milagro. Ves los primeros 20 o 30 minutos del partido y no te puedes creer que Marruecos no haya convertido. Parecía que el gol era cuestión de tiempo, y no llegó. Irán aguantó los embates poniendo lo que hay que poner en un momento de complicación (saben a lo que nos referimos) y con una pizca de fortuna. Después, lograron cortar el trepidante ritmo africano, y se mantuvieron en el duelo.
➔ Irán nulificó a Marruecos. En la nómina, 4-3-3. En la cancha, 4-5-1. Líneas bien juntas, orden de no arriesgar mucho para no quedar mal parados (los pocos ataques vinieron post-recuperación) y un compromiso defensivo bárbaro. Renunciaron a la lucha por posesión. Se centraron en replegar y, como el fútbol es fútbol, lo ganaron sobre la hora (¡¡con un autogol!!). ¿Se acuerdan de la frase de arriba ‘quien jugar a no perder, generalmente pierde’? Bueno, pues por eso utiliza la palabra ‘generalmente’, porque, de vez en cuando, te encuentras con partidos como el Marruecos vs Irán.
➔ Flojo segundo tiempo marroquí. Pura posesión estéril. Con sus excesivos pases horizontales, le facilitaron al trabajo de Irán. No hubo rompimiento. Y es algo que debería -pre- ocupar al míster Renard. Tiene mérito Irán, pero te puede pasar eso con jugadores como Ziyech, Belhanda y Boussoffa en el terreno de juego. ¿Dónde quedó la inventiva y las ganas de hacer algo distinto?
➔ Irán marcó en el momento que nadie lo veía venir. En la primera mitad, luego de superar la presión inicial de Marrueos, llegaron a preocupar vía contraataques. De hecho, Azmoun, que es el centrodelantero del combinado asiático, se quedó a nada de romper el cero. Curiosamente, el gol llegó en el tiempo de compensación de la segunda mitad, en los 45 minutos (+5) en los que ¡¡no patearon al arco!! El fútbol y sus historias.
➔ La lesión de Amrabat. En el segundo tiempo, quedó semi KO. Jugó como lateral derecho y fue de lo mejor de la tarde, pero no completó los 90 minutos. Lo más extraño no fue la disputa, sino cómo actuó el cuerpo médico. Su ‘protocolo’ fue cachetearlo, echarle algo de agua y pararlo de forma abrupta. Como nos impactó tanto, teníamos que mencionarlo, JA.
➔ La decepción de Marruecos. La desilusión no solo llega por su incapacidad para romper el candado iraní, sino porque terminaron perdiendo ante un equipo poco propositivo, y con un autogol. Marruecos llegó pensando en la posibilidad de sorprender a España o Portugal y terminó cayendo, en la fecha inaugural, ante Irán. No se les puede descartar, pero es claro que, con este resultado, sus posibilidades han caído considerablemente. La amenaza para Portugal y España podría despedirse antes de que la fiesta se ponga sabrosa.
CRISTIANO RONALDO 3-3 ESPAÑA
➔ Portugal fue Cristiano. Ahora sí vale decir que Cristiano Ronaldo cargó con la Selección de Portugal. Significó todo. En la Eurocopa 2016, el equipo sostuvo a CR7 en varios partidos. Esta noche, no. Cristiano hizo mucho con poco. A lo LeBron James. Ganó un penal, y lo marcó. Probó al arco, y De Gea falló. Y en el tramo final, cuando muchos españoles ya celebraban, marcó un gol que seguramente estará entre los mejores del campeonato. Una exhibición memorable. El 15 de junio de 2018 queda marcado como la noche en la que Cristiano le plantó cara a una gran Selección de España. Sin duda, su mejor actuación mundialista. Era el único torneo en el que le faltaba una exhibición así.
➔ El partido de CR7 fue completísimo. «Un gol de penal, un gol regalado por De Gea y el único que sí valió la pena fue el tiro libre», el comentario de muchos tras el pitazo final en Sochi. No. Más allá de sus anotaciones, Cristiano entregó un performance extraordinario. Comandó contragolpes (Guedes evitó que prosperaran), se asoció bien, bajó para involucrarse en el juego y estuvo rapidísimo para poder participar en las transiciones defensa-ataque. Hacía mucho que no lo veíamos siendo tan influyente. Se devoró a España como futbolista y como goleador. Una de esas noches mundialistas que quedan para la posteridad.
➔ David De Gea condicionó a España. Temporadón con Manchester United, pero con España no logra transmitir esa misma seguridad. Cuando España vivía su mejor momento en el primer tiempo (después del golazo de Costa), pifia nivel Karius. David estaba mandado a ser diferenciador positivo de España, no a condicionar de forma negativa. Su debut mundialista será recordado para siempre. Tristemente para su causa, no por la razón correcta.
➔ España fue más, pero tampoco bailó. 4-4-2 vs un 4-2-3-1 (Isco se cargó más hacia la izquierda, así que terminó siendo su 4-3-3). Un inicio turbulento para el equipo de Hierro (el penal afectó), pero la realidad es que los que vestían de blanco fueron superiores. Más en posesión, más en ocasiones generadas, más en distribución y más a nivel colectivo/asociativo. ¿Su problema? Cristiano Ronaldo dos Santos Aveiro. El capitán lusitano evitó lo que parecía un descalabro inminente. Reiteramos: CR7 3-3 España.
➔ La capacidad de reacción de España. Penal en el arranque, se repusieron. Error de De Gea, lo remontaron. Y no olvidemos el lío de Lopetegui. Si con todas estas circunstancias, reaccionaron, imagínense la que pueden armar en partidos en los que no se ponga todo tan cuesta arriba… Si alguien tenía duda de cómo iban a estar por el escándalo del DT, ojo a lo que hicieron ante los de Fernando Santos.
➔ Ir por más. La sensación que nos quedó es que, en el tramo final, España quiso controlar, y no fue por el gol de la tranquilidad. Considerando las características de sus futbolistas, no era un mal plan (Hierro incluso metió a Thiago para buscar posesiones más largas). La cuestión es que te expones a que te atiendan en una acción aislada. Y si enfrente tienes a uno de los monstruos de la época, pues no puedes entrar al terreno de la especulación. Había que ir a liquidarlo.
➔ La noche de Guedes. No apareció. El escenario pudo con él. Malas decisiones en transiciones y falló en el segundo gol de Diego Costa (se regaló ante Busquets). Su partido estuvo tan por debajo de las expectativas que no nos extrañaría ver a André Silva en lo que viene. Aunque también sería bueno darle un espaldarazo para que gane confianza ante rivales que, en el papel, serán más cómodos.
➔ Los mejores en la cancha. Cristiano, indiscutible MVP. En el segundo escalón, Costa, Isco, Jordi Alba, Nacho Fernández, Iniesta y Koke. Como pueden notar, la mayoría de los jugadores de España estuvieron a buen nivel. Les tocó remar, y no se escondieron. Hace 4 años, después de golpes anímicos significativos, se terminaron comiendo una goleada histórica (ante Holanda).
➔ Diego Costa, el 9 de España. Y mientras los aficionados ibéricos se cansaron de cargar contra él (la mayoría quería a Iago Aspas o Rodrigo Moreno en el XI), el futbolista del Atlético de Madrid respondió con goles. Una anotación de pura autosuficiencia y un segundo tanto de lectura de jugada (saber aparecer). El 9 de España es Diego, y ante Portugal demostró por qué.
➔ Se habla poco de Koke. Nos parece que casi no ha destacado la labor del canterano rojiblanco. Si le ganó la titularidad a Thiago es por todo lo que se sacrifica, todo lo que corre y por lo que poco que compromete los balones que toca. Fue importante para generar superioridad -inteligente- en zona medular y, además, se fajó en los regresos (evitó el 4-3, eh). Siempre al servicio del equipo.
➔ Qué partido. Escribimos esto varias horas después de que concluyó el cotejo, y seguimos emocionados. Fue puro espectáculo. Un partido en el que no necesitabas ser español o portugués para gritar, festejar, mentar madres y saltar. En el mundo del deporte no hay nada como el Mundial, Invictos. Nada.