El primer semifinalista del Mundial de Rusia 2018 fue la Selección absoluta de Francia. Los dirigidos por Didier Deschamps se cargaron a la siempre combativa Selección de Uruguay. No fue un encuentro sencillo de romper para los europeos. Sin embargo, lo terminaron resolviendo sin mucho sufrimiento.
Les compartimos algunos de los apuntes que hicimos sobre el partido que se celebró en Nizhny Novgorod. Francia tiene muchas razones para celebrar, mientras que Uruguay no tiene nada que recriminarse. Otra buena Copa del Mundo para el equipo del Maestro Tabárez.
CONCLUSIONES: FRANCIA, A SEMIS DEL MUNDIAL DE RUSIA 2018
➔ Los momentos clave en rondas KO. Cuando Uruguay estuvo cerca de empatar y retomar el trámite que llevaba el juego, Hugo Lloris protagonizó la mejor atajada que ha hecho en Mundiales. Y cuando Uruguay necesitaba no fallar en sector defensivo, Fernando Muslera, que suele ser garantía internacional, cometió un error garrafal. Un par de acciones que lo marcaron/cambiaron todo.
➔ Los recursos de Francia. El script era distinto al que tuvieron frente Argentina. Esta vez, no había oportunidad para salir a la contra (explotando espacios). Tenían que desgastar y tratar de dañar con ataques posicionales/elaborados. Y, la verdad, Uruguay los estaba conteniendo bien. Afortunadamente para Francia, sus recursos no son limitados. Contra Uruguay no cayeron en la desesperación y rompieron el candado vía pelota parada. Con el pasar del Mundial, han demostrado que tienen a los jugadores para adaptarse a prácticamente cualquier escenario que les proponga un mismo partido. Mucha selección.
➔ El manejo de los galos. Francia atacó cuando había que hacerlo y supo sobrellevar las acciones cuando tenían la ventaja. Más allá del episodio de Mbappé con algunos uruguayos, fueron inteligentes hasta para no caer en acciones que pudieron costar castigos. Después del gol de Griezmann, la sensación era que el duelo había terminado. Francia dio circulación a su juego y no sufrió en absoluto. Lloris no recibió ni un tiro a su arco en todo el segundo tiempo. Control total.
➔ La dolorosa baja de Cavani. Una pena no haber podido ver a Uruguay con su XI completamente titular. Si bien Edinson no es un generador de ocasiones, le hizo muchísima falta a su selección. Faltó la intensidad -e inteligencia- con la que él presiona, faltó su presencia (intimida/impone a los rivales), faltó esa actitud que contagia y faltó su gran momento goleador (venía de marcar las dos que tuvo ante Portugal). Stuani, mal. No pudo con el paquete. Impreciso en sus intervenciones, ansioso para entrar a los rivales (no lo amonestaron de milagro) y poco o nada de continuidad en las jugadas en las que participó (cortó intentos de transiciones rápidas).
➔ Antoine Griezmann, MVP. El partido de preparación ante Italia le hizo pensar a Deschamps que podía jugar 4-3-3, con Griezmann, Dembélé y Mbappé adelante. Lo hicieron bien esa noche, pero la realidad se mostró en su primera tarde de competencia oficial. Antoine ni la vio ante Australia y Kylian/Ousmane tampoco lucieron. Didier lo notó e hizo lo más sensato que pudo hacer: darle un apoyo y una referencia al Gringuito. Volvió Giroud, regresó al sistema 4-2-3-1 y se destapó la versión ideal de Antoine. En zona de mediapunta Griezmann es más feliz. Se aleja de la batalla directa con centrales, encuentra espacios entre líneas, llega de frente al arco y puede lanzar a los volantes exteriores. Grandísima exhibición ante los charrúas, con o sin balón. Asistió, convirtió, fue el futbolista que más ocasiones generó y, encima, cooperó en etapa de recuperación (complicó mucho al pibe Torreira, tapándolo cuando Uruguay buscaba salir).
➔ La importancia de Giroud. Muchos lo revientan, pero Olivier es importantísimo para esta Selección de Francia. Es el que hace la labor callada en ataque. Fija centrales, jala marca, baja pelotas aéreas (le bajó una buenísima a Mbappé en la primera parte) y le da un buen seguimiento/continuidad a las jugadas en las que se le involucra. Juega por y para el equipo. Un 9 solidario y que tampoco es que sea un espanto frente al arco, eh (tiene buena cuota con su selección). Sentimos que su trabajo ser mucho más reconocido. Sin él, Griezmann no habría brillado tanto en la Eurocopa 2016 y no estaría destacando en esta Copa del Mundo. Fundamental.
➔ El doble escudo Kanté-Pogba. N’Golo, candidato principal como mejor mediocentro de la competición. Es una máquina. Aparece en todas partes sin invitar al caos. Es el futbolista que ha liberado de presión a Pogboom. Con Kanté protegiendo, Paul puede ser más agresivo -en el buen sentido- y punzante, lo que, a nuestro entender, le ha permitido firmar grandes actuaciones en esta Copa del Mundo. El doble pivote francés, de momento, se ha complementado muy bien.
➔ Los laterales de Francia siguen respondiendo. Por su juventud y por ser centrales reconvertidos (ninguno juega nominalmente como lateral), se pensaba que serían el gran problema de Francia. Bueno, pues hasta ahora, ambos han respondido. En este partido le costó a Lucas en la salida, pero su trabajo defensivo no deja de ser sobresaliente. Y lo de Pavard fue de lo mejor de la tarde. Seguro en los duelos individuales que sostuvo, atento en situaciones en las que era necesario despejar y constantes subidas para apoyar a Mbappé en el 2 vs 1 al que lo sometían los sudamericanos. A la altura de Umtiti y Varane. Notables.
➔ Maneras de caer. Uruguay vuelve a casa sin absolutamente nada que reprocharse. Se dejaron todo. Simplemente enfrentaron a una selección que, ahora mismo, tiene un montón de respuestas/soluciones. Queda la rabia de no haber podido contar con Edi Cavani y la curiosidad de ver qué hubiese pasado sin la pifia de Muslera. Sin esas dos circunstancias, el partido habría estado mucho más cerrado. No tenemos duda.
➔ El futuro uruguayo es alentador. En un día en el que te echan de una Copa del Mundo es imposible estar feliz, pero el pueblo uruguayo debe tener claro que, aunque varios de sus jugadores históricos no llegarán a la próxima Copa del Mundo, viene una camada de mucha calidad. Con chicos como Torreira, Nández, Bentancur, De Arrascaeta, Laxalt, José María Giménez, Gastón Pereiro, Maxi Gómez y Fede Valverde es imposible no ilusionarse con lo que será el ciclo 2018-2022 de La Celeste. Un país pequeño en extensión y población, no en corazón, calidad futbolística, garra y determinación.