Extrañábamos esto.
Extrañábamos ver un partido de alto riesgo, emocionarnos por el trámite, hacer apuntes durante el juego y después, una vez organizado todo, presentarles la nota. Arrancamos la temporada 2018/19 de #ConclusionesInvictas con el gran triunfo que consiguió el Atlético de Madrid en la Supercopa de Europa. Los rojiblancos le borraron la sonrisa al Real Madrid, club que no conocía la amargura de una final internacional perdida desde el año 2000.
Esperamos que disfruten de la lectura.
CONCLUSIONES INVICTOS: LA NOCHE DEL ATLÉTICO EN ESTONIA
➔ Una victoria especial. No es ni el título más relevante ni el partido del que se pueden sacar más reflexiones de cara a lo que será la campaña, pero es un triunfo que le sabe muchísimo al Atlético de Madrid. Le ganaron al Real Madrid en una final de competencia europea. Y no solo fue el resultado, sino cómo lo obtuvieron. Empezaron ganando, los remontaron, no bajaron la guardia y pudieron darle la vuelta, en tiempo extra, con goles de dos chicos de cantera. Un script soñado. Si antes creían que eran capaces de competir como el que más, ahora están completamente convencidos de que es así.
➔ Diego Costa, el MVP de la noche. Fue un animal. Dejando de lado que le perdonaron la roja (también a Ramos), lo de Diego fue una exhibición de poder, recursos, competitividad y criterio. Colaboró en los cuatro goles del encuentro. Desde el silbatazo inicial estuvo metidísimo en el duelo, y se puede apreciar por su gol de récord. Impresionante cómo le hace el sombrero a Ramos, cómo se de devora a Varane y cómo, prácticamente sin ángulo, vence a Keylor Navas. Luego de su anotación, fue el futbolista que le dio un respiro al Atlético. Cuando el Madrid era mejor y dominaba, era quien oxigenaba y lastimaba a la contra. Y, bueno, su segundo tiempo y lo que jugó de tiempo extra fue para grabar. Pura potencia atacando espacios, intenso al momento de presionar, notable en duelos individuales y muy inteligente al tomar decisiones. Saca a los rivales de los partidos, él no se sale. Siempre al límite, pero sin dejarse superar. Hemos de confesar que no compartimos algunas de sus actitudes y conductas. Sin embargo, es uno de esos delanteros que todo entrenador/hincha quisiera en su equipo. No solo es lucha, determinación y huevos, es contundencia, inteligencia e interés colectivo. Uno de los mejores performances de su carrera.
➔ El primer tiempo del Real Madrid fue sensacional. Los de Lopetegui fueron realmente superiores en la primera mitad. Salvo la desatención inicial, jugaron minutos buenísimos. Casemiro sostenía en el mediocampo, Toni Kroos distribuía y los de arriba, con una permanente rotación/movilidad, le armaron un lío bárbaro a los defensores del Atlético de Madrid. Nos gustó mucho la imagen del 1T. La problemática fue que no pudieron mantenerla. Y el Atlético, poco a poco, regresó a la acción. Los puntos de inflexión vinieron desde el banquillo.
➔ La salida de Marco Asensio pesó. El mallorquín no estuvo fino en el último toque y se precipitó en varias acciones. Pero es que estaba muy involucrado, generaba desconcierto por sus intercambios con Bale/Benzema y logró conectarse con Marcelo. No estaba siendo decisivo, sí importante. Y Lopetegui mandó a Modric, pensando en tener más control, cuando era claro que Lukita, por más jerarquía que tenga, está lejos de su 100% (fue el último en reportar). El 4-2-3-1 inicial tuvo sobre las cuerdas al Atlético. El 4-3-3 (sin balón 4-4-2) no terminó por cuajar. Real Madrid dejó de ser ese equipo dinámico, fresco e impredecible de los primeros 40-45 minutos.
➔ La vida sin Casemiro. Sin Asensio, el trámite se emparejó. Y sin Casemiro, Atlético pintó la balanza de rojiblanco. Una pena su lesión. No nos gustó cuando intentaba sacar la pelota. Pero, en faceta de recuperación y repliegue, el brasileño, incluso sin estar a tope, es fundamental. A tiempo para cortar y salió bien librado en muchas de sus batallas individuales. Es un jugador que equilibra. Sin él, no se podría entender el éxito reciente del Madrid. Así de trascendente es.
➔ Aprovecharon Simeone y Burgos. La pizarra del cuerpo técnico del Atlético también hizo lo suyo. Si el Real Madrid complicó por todos los movimientos/rotaciones de sus elementos de ataque, Atleti hizo lo propio en el mediocampo. Lemar cambió de derecha a izquierda. Koke cambió de banda y tuvo un lapso por el centro. Y Correa y Thomas, cuando entraron, también supieron aprovechar el espacio entre las últimas líneas madridistas.
➔ La presentación de Thomas Lemar. Inició el partido como volante por derecha. Imaginamos que, por sus recorridos y velocidad, la intención era tapar a Marcelo. La verdad, no hubo tanto éxito. Si bien no desconoce esa zona (la llegó a jugar con Caen y en algún partido con AS Mónaco), su hábitat es el costado izquierdo. Ahí se ubicó desde el tramo final del primer tiempo y lo comenzamos a notar más cómodo. En el segundo tiempo, apareció por izquierda y también como mediocentro (tres posiciones distintas en 90 minutos). En el complemento fue cuando más nos agradó. Anticipó, sus entregas tuvieron mucho más sentido, dañó por dentro y exhibió su personalidad (mayor agresividad en sus pases). Nota positiva. Ha dado muchas razones para que los atléticos se ilusionen con lo que puede ser en el equipo. Durante el 2T parecía que llevaba años jugando bajo las órdenes de Simeone.
➔ Saúl y Koke, los ídolos del presente y futuro. Salieron a ganar. Ratos mejores y ratos no tan buenos (mejoraron mucho en el segundo tiempo y en el tiempo extra), pero salieron a dejarse todo, por su escudo, por sus colores y por su gente. Hemos leído comentarios de aficionados del Atleti algo preocupados por los cambios recientes que ha tenido su club (escudo, estadio, relaciones comerciales, inversiones importantes). No son más que la consecuencia del impacto global que ha ido ganando su club a partir de la época de Simeone. Y no se deberían preocupar porque, mientras jugadores como Koke y Saúl sigan en el plantilla, los valores de la institución se mantendrán. Saber sufrir, saber competir y saber cambiar el giro de la historia. Nunca dejar de creer.
➔ Raphael Varane no fue Raphael Varane. El francés sufrió los estragos de prácticamente no hacer pretemporada. Que no estaba en forma (física y futbolística) se notó desde que Costa lo dejó atrás en la primera jugada de la noche (no se lanzó a la zona, sino fue directo al balón/jugador, cuando Costa venía de frente). Inseguro, falto de intensidad, sin entendimiento con Ramos (que también estuvo mal), desorientado y de las disputas físicas contra Diego Costa mejor ni hablar. No recordamos otra noche europea en la que haya estado tan superado. Seguro le costará dormir.
➔ Qué bien entró Correa. El argentino ingresó por Antoine Griezmann, quien, salvo un par de lanzamientos para Costa, poco pudo hacer. En un inicio, Ángel entró algo precipitado. Pero se fue calmando y terminó siendo diferenciador. El gol del empate cae a pase suyo, encontró acomodo para lastimar entre líneas y fue solidario -como tiene que ser en un equipo de Simeone- cuando había que defender. Desequilibrio, velocidad y desgaste al servicio del equipo. Partidazo.
➔ Thomas Partey y Vitolo estuvieron a la altura. Los cambios debían revitalizar y revolucionar al equipo. Thomas y Vitolo, como Correa, lo hicieron. Aprovecharon al máximo el desgaste de la defensiva del Real Madrid para llegar y dañar. Lo dos terminaron dando una asistencia y lo dos estuvieron inyectaron la energía que necesitaba el equipo. Thomas, que entró al 90, fue un ferrocarril. Solo lo paró una hormiga, JA. Magníficos.
➔ Gareth Bale fue un espectáculo. Asistió por derecha, generó por izquierda y, a campo abierto, fue imparable. Fue una pesadilla para Lucas Hernández y, cuando cambió de banda, también metió en problemas a Juanfran. Quizá la mejor noticia para el Real Madrid es lo bien que ha estado el galés en la pretemporada y en este arranque de campaña. Esperamos -y deseamos- que las lesiones no le jodan la vida este año. Estando bien físicamente, no hay duda de que está entre los 3 o 5 mejores futbolistas del planeta. Capaz de lastimar por ambos costados, de enganchar hacia el centro para probar la zurda, de asociarse, de remate de cabeza, de patear tiros libres y de inventarse una chilena. Encima, aparece en momentos bravos. La vida sin Cristiano será difícil para Real Madrid, así que el club de Chamartín necesitará el modo bestia del canterano del Southampton.
➔ Los errores defensivos del Madrid. Todos fallaron. Carvajal es el que se podría salvar, pero tampoco es que haya estado a un nivel altísimo. Aunque en la segunda parte Real Madrid perdió el dominio, pudieron haberlo resuelto en el tiempo regular. La falla de Marcelo pegado a la línea de banda provocó una jugada que no tuvo razón de ser y desencadenó un trágico primer tiempo extra. Pesa el tema de la pretemporada, claro. Pero la pifia de Marcelo y la confusión Ramos/Varane (tercer gol) son cosas que no te puedes permitir ni en el entrenamiento con los chicos del Castilla.
➔ La era post-Cristiano Ronaldo. En el primer tiempo se confirmó lo que hemos apuntado desde que se anunció la marcha de CR7: el Real Madrid puede jugar mejor -en términos asociativos- sin el portugués. La gran pregunta sigue siendo: ¿qué tanto podrán ganar sin él? De entrada, el primer título se ha ido. Y es que, sin Cristiano, pierdes a un líder futbolísitico (sus gestos te pueden gustar o no, pero sabes que ahí está y que quiere aparecer), pierdes a la carta ganadora más dominante del último lustro y pierdes a un jugador que te garantizaba 40-50 goles por temporada. La versión 2014-2018 de Cristiano no es la mejor de su carrera, sí la más decisiva y ganadora. Era diferenciador en esta clase de duelos. Nadie podría reemplazarlo, pero sí que intentaríamos algún bombazo para lanzar un mensaje. Eres el Madrid, no puedes no responder a la baja de tu jugador más importante de la historia. Era el mercado para sacar 400 millones de euros y traer a Kane/Hazard. Había que dar un golpe.
➔ Cholismo. Cambió la historia del Atleti. Es el DT más ganador que ha tenido la entidad rojiblanca y el que más ha hecho crecer al club. Es increíble lo que ha hecho. Se pensó que solo le alcanzaría para luchar por títulos por 2-3 años, pero ya lleva casi una década en primeros planos. Qué capacidad para reinventarse y no agotar el discurso. Bajo su gestión, pasó de la autoridad, a la posibilidad de atraer a jugadores de élite (o que potencialmente puede llegar al primer escalón). Y todo sin alterar su filosofía. Orden/solidez sin balón, sacrificio colectivo (todos corren por todos) y aprovechamiento de transiciones (una locura cómo explotan los espacios). Estamos frente a la época dorada del Club Atlético de Madrid.