La Decimotercera llegó. Una vez más, el América venció al Cruz Azul en una final del fútbol mexicano. En el papel (por la fase regular y por la Copa MX), los de Caixinha arribaron a la eliminatoria como favoritos. Pero en la práctica, a la hora de la verdad, el cuadro comandado por Miguel Herrera impuso condiciones.
Como cada que se cierra un torneo en el campeonato mexicano, momento de una entrega de #Las15DeInvictos (serán #ConclusionesInvictas) sobre la final. Esperamos que disfruten mucho de la lectura. Y, como siempre, no duden en dejarnos sus comentarios en cualquiera de nuestras plataformas.
CONCLUSIONES: AMÉRICA, EL CLUB MÁS GRANDE DE MÉXICO
➔ Ganó el equipo que más lo quiso y más creyó. América llevó la iniciativa en ambos partidos. A pesar de que su mejor versión no es la del fútbol posicional, aceptaron la pelota y trataron de ir rompiendo el candado de la máquina. Lapsos de presión alta y, cuando pudieron recuperar en campo rival, lanzaron ataques con verticalidad (en la ida no tuvieron mucho éxito). Cruz Azul, por su parte, no cambió de plan. La base de su postura (y no solo en esta eliminatoria, sino durante casi todo el certamen) era buscar dañar con el juego directo de Caraglio y Cauteruccio. Despejes y trazos largos esperando que uno de sus atacantes pusiera de frente y con ventaja a Elías y Méndez. La cosa fue que América se los repartió a la perfección. Bruno, Edson, Guido y Aguilera se los devoraron. Los cementeros jugaron a no encajar gol y tener alguna por esta vía (juego directo) o en acciones a balón parado. América los tapó en ambos terrenos y, por eso, no encontraron más respuestas. El repertorio se quedó corto.
➔ Los cambios de Miguel Herrera. Sin Mateus Uribe y sin Roger Martínez disponibles, fue necesario ajustar. Y El Piojo demostró que su éxito no solo pasa por la motivación y la gestión de grupo, sino que también hay pizarra/táctica. Cambió el 4-2-3-1 por 4-4-2. Lainez/Ibarra repitieron por bandas, Edson acompañó a Guido en la mitad de la cancha y Oribe/Henry Martín se pusieron a competir con los dos centrales del Cruz Azul. La apuesta resultó. Ibarra encontró profundidad (le faltó precisión y criterio en el último toque), Lainez se mostró y arrastró marcas, y Peralta/Martín tuvieron sus buenos momentos (Henry, incluso, perdonó en un par de ocasiones por titubear). La clave de la ejecución estuvo en la intensidad que metían cuando presionaban alto y en la fantástica dupla que conformaron Guido/Edson. Se metieron en la bolsa a Marcone y Salas. Ganaron el mediocampo en la vuelta y, como consecuencia, ganaron el título.
➔ Edson Álvarez, el héroe de La Decimotercera. No estuvo en la semifinal de vuelta contra Pumas UNAM y no pudo ver actividad en la final ida. El destino le permitió estar en condiciones para el encuentro decisivo, y Herrera lo ubicó en la posición en la que, a nuestro entender, mejor se desempeña: mediocentro. Los goles son los que perdurarán por siempre, pero todo su partido fue buenísimo. Después de sacarse el nerviosismo inicial, se plantó con autoridad. Fundamental para presionar, no dejó de estar pendiente de Marcone, atinado en sus coberturas en zona lateral y, por si fuera poco, se soltó para pisar el área rival. Sus números respaldan lo que escribimos: autor de los 2 goles de la victoria, éxito en 4 de 5 balones largos, disparó 3 veces al arco de Jesús Corona, se impuso en 13 de 24 duelos, 6 intercepciones, ganó 4 de 5 entradas y 1 despeje. Luego de la amarga derrota en la final contra Tigres en 2016 y aquel autogol mundialista que muchos le recriminaron sin piedad, merecía una noche como esta. Ojalá se le siga viendo como centrocampista. El MVP indiscutible de la final.
➔ La imagen del Cruz Azul fue tristísima. Que el cambio de Caixinha (Cauteruccio por Alvarado en el XI titular) no funcionara era una posibilidad, pero ¿y la capacidad reacción? ¿Y la sangre de saber que el clásico rival te está volviendo a sacar un trofeo? Cruz Azul no pateó al arco en los 90 minutos de la vuelta. Es en serio: no patearon entre los postes de Marchesín en todo el juego. Puedes perder otra final, pero no con este nivel de inoperancia y pasividad. No dieron la imagen que tenía que exhibir un club que lleva más de dos décadas sin campeonar. Faltaron huevos. Y cuando escribimos ‘huevos’ no nos referimos a patadas, altercados y disputas físicas, nos referimos a pedir la pelota, a generar líneas de pase y a hacer demarques de ruptura para tratar de sorprender. Nunca transmitieron la sensación de que podían empatarlo. ¿Dónde quedó el Cruz Azul que durante la fase regular sacó resultados positivos jugando en inferioridad numérica y el Cruz Azul que, aún sin muchas ideas contra Querétaro (vuelta) y Rayados, siguió avanzando/empujando? Un semestre notable que, lamentablemente para sus aficionados, se manchó con una final deprimente.
➔ Corona liquidó a Marcone. Iván fue el jugador desarmado, pero el gran error en la jugada lo cometió Corona. De espaldas y en medio de americanistas, no puedes habilitar así a tu compañero. Toda la noche con pelotas largas y, en el peor momento (América presionaba alto), quiso salir jugando desde atrás. José de Jesús volvió a nublarse en una noche de alto riesgo. Su extraordinario semestre se ensució en el partido más importante del torneo. Falló y pagó viendo, una vez más, al América campeón.
➔ El capitán Oribe Peralta. Entendió todo. A pesar de lo que ha ganado en su carrera y de vivir un semestre de altibajos, salió a jugar con la ilusión y el espíritu competitivo de un juvenil que quiere a comerse al mundo. Sin marcar o tener una chance clara, fue el más listo de la clase. Lectura e interpretación. Se percató que Corona jugó en corto y se le lanzó a Marcone como si no hubiera mañana. Edson notó la intención de Peralta y complementó el apoyo. El resultado fue el gol que dejó en estado de KO al Cruz Azul. Algunos torneos mejores que otros, pero Oribe se ha cansado de demostrar que no le incomodó la camiseta del América. Ha dejado huella en Coapa y se ha posicionado, sin duda, como uno de los mejores futbolistas mexicanos de la época. Un histórico.
➔ El imperial partido de Bruno Valdez. El capo de la zaga americanista fue el paraguayo. Cómo creció este torneo y cómo le ayudó el hecho de marcar goles (la importancia del estado anímico). Majestuoso por aire, incomodó cuando le llegaron a ganar la posición y también exhibió un grandioso sentido de anticipación (cortaba antes de que Caraglio recibiera). Él, Guido y Marchesín, los mejores del América en el A2018.
➔ El mejor 5 en México. Somos muy afortunados de tener Guido y Marcone en el fútbol mexicano. Ambos son material de selección argentina y podrían jugar, sin tantos problemas, en Europa. Los dos son muy buenos, pero la batalla, al menos en este torneo, la ganó Rodríguez. Hubo duelo directo y, en la noche más brava, pudo más el canterano de River Plate. Guido vive el mejor momento de su carrera. Y no olvidemos cómo arrancó su etapa en América: tarjeta tras tarjeta. Cuando mejoró su lectura de partidos, las cartulinas fueron desaparecieron. Notó que, si se posicionaba mejor, no era necesario entrar tanto al roce y al choque, y todo el americanismo lo agradeció. Valorar también que puede jugar en un doble pivote (en cualquier sector) y como único MCD. El equilibrio del campeón. Y encima tiene gol. Completísimo.
➔ La noche y la Liguilla de Diego Lainez. No intervino tanto, pero fue un jugador importante por lo que representó para el sistema defensivo del Cruz Azul. Caixinha vio lo que Diego impactó contra Pumas UNAM, así que redobló esfuerzos para tapar al de 18 años de edad. ¿Y en qué se tradujo esto? Cuando América cargaba su juego por izquierda, Cruz Azul ponía atención especial y terminaba necesitando a más jugadores para bloquear sus proyecciones (Lainez atraía varia marcas). ¿Y esto en qué ayudaba? Se abrían espacios por el otro sector. Por esa razón, se le presentaron más duelos individuales a Renato Ibarra, quien fue el jugador más desequilibrante de la noche (careció de claridad en el último pase). Aunque Diego no está consolidado, no hace falta verlo mucho tiempo para darte cuenta de que se trata de un futbolista distinto. Tiene un potencial bárbaro. Ojalá lo del Ajax sea cierto y no tarde en dar el salto al fútbol europeo. Irse siendo todavía un adolescente le servirá muchísimo, porque depurará temas relacionados con los tiempos/momentos de los partidos y la toma de decisiones. Nos ilusiona muchísimo su futuro. Y es que no solo tiene talento futbolístico, vemos en él a un chico con equilibrio emocional y con la ambición deportiva que le he faltado a muchos otros jugadores mexicanos.
➔ Los laterales del América. Paul Aguilar, otro que se graduó como histórico del Club América. No era noche de subir tanto. Era noche de más responsabilidades defensivas. ¿Alguien supo algo de Elías o Rentería? Ese fue el éxito de Paul. Y, bueno, sobre Jorge Sánchez hay varias cosas que destacar. Primero, su plurifuncionalidad (es lateral derecho y le terminó comiendo el mandado a Luis Reyes en el puesto de lateral izquierdo, cuando no es nada fácil trabajar en ambos perfiles). Segundo, los tamaños para ponerse la camiseta de un grande de México y, de inmediato, responder. Tercero, la consistencia (muy bien tanto en la Liguilla como en el torneo regular). Y cuarto, el criterio. Con apenas 21 años, aparenta tener una década en el negocio. Suele ser muy inteligente para elegir cuándo lanzarse hacia el frente, cuándo intentar dañar por dentro y cuándo amarrarse. Y eso no es muy habitual en México. No tiene tanto ruido mediático, pero también le vemos madera para competir en Europa.
➔ El mejor portero del torneo. Agustín Marchesín y el placer de agigantarse ante la adversidad. Por cómo llegó (post-Moisés Muñoz) y por declaraciones del pasado (se metió con su actual club en sus días con Santos), arribó en medio de críticas, cuestionamientos y unas cuantas reventadas. Nada de eso lo derrumbó. No dejó de trabajar y, poco a poco, fue dejando claro que estaba a la altura de una institución como el América. En la vuelta contra Cruz Azul lo exigieron poco, pero jamás perdió la concentración y descolgó balones que hubieran hecho dudar a otros porteros. En el resto de la Liguilla, el que sostuvo en los momentos más jodidos. En la serie contra Toluca, en la ida frente a Pumas UNAM y en la ida ante Cruz Azul, fue un diferenciador descomunal. El mejor portero del A2018. No hace falta agregar más.
➔ Los pilares del Cruz Azul. No hay nada que recriminarle a Pablo Aguilar e Igor Lichnovsky. El lapsus de Corona -que jodió a Marcone y al resto del equipo- desnaturalizó su gran partido. Con el 0-1, vinieron los cambios y les tocó defender a campo abierto, donde, obvivamente, vendrían más dificultades. Sea como sea, ambos tuvieron un torneo sensacional. Mantenerlos debe ser una de las grandes prioridades del Cruz Azul. Una dupla que puede dominar la Liga MX por varios torneos.
➔ Los cambios de Caixinha. No se puede entender que Misael Domínguez ni siquiera haya estado entre las opciones de banquillo. Siempre que jugó, respondió. Y, dentro de sus cualidades, están dos detallitos que Cruz Azul necesitó mucho: claridad y chispa. ¿Mena y Rentería, que casi ni la vieron en 17 jornadas, iban a remontar esto? Ahí muy mal lo de Caixinha.
➔ Rentería y su displicencia. Si no jugaste mucho en el torneo, lo normal es que no seas solución. Pero si ya estás en el campo, déjate la vida y compite a tope. Cada que Rentería entraba en contacto con el balón, lastimaba al espectador. Salió a jugar como si estuviera en pretemporada. Cero intensidad, caminó, perdió un balón que se transformó en una contra del América y el disparo que tuvo lo mandó hacia fuera. No puede/debe volver a ponerse la camiseta del Cruz Azul.
➔ Mantener el proyecto y los cambios en Cruz Azul. No hay ninguna duda de que la dupla Caixinha-Peláez debe continuar. Eso sí, la evaluación tiene que incluir que el equipo vino de más a menos en el torneo y que estuvieron lejísimos de las expectativas en la eliminatoria contra América. Respaldo a la dirección deportiva, al cuerpo técnico y al plantel. Pero hay zonas por apuntalar. Mejoraríamos al socio de Marcone en el mediocampo, renovaríamos la banda de Méndez (le han tenido mucha paciencia) y buscaríamos a un delantero de mayor movilidad/juego asociativo. Si continuan reforzando con inteligencia y timing, seguirán siendo protagonistas. Sabemos que es difícil pedir paciencia cuando llevan más de dos décadas sin ganar un título de Liga y acaban de perder contra el acérrimo rival, pero genuinamente creemos que Cruz Azul va por buen camino. Tiempo al tiempo.
➔ El club más grande de México. Chivas los vio por TV, Pumas UNAM los vio con 7 goles en la espalda y Cruz Azul los vio levantar el título en directo. Despejaron dudas y terminaron con el debate: América es el club más grande de México. Y no se enojen con nosotros por escribirlo, que no es más que la realidad. Por títulos, por impacto mediático, por lo que genera en el aficionado rival, por su arrastre y por todo lo que lo rodea (polémicas y la empresa que los respalda), no hay otro club mexicano en su escalón. Negarlo sería engañarse. Felicidades por La Decimotercera al gigante de nuestro fútbol.
Y gracias a todos nuestros Invictos por acompañarnos en una final más.
Los queremos con la vida.