La noticia no nos sorprendió en absoluto. Es más, siendo honestos, la decisión demoró más de la cuenta. La victoria en Turín contra la Juventus prolongó la agonía de un proyecto que, aunque sirvió en principio, nunca fue afín a la historia del Manchester United.
Pero, bueno, no todo fue malo con Mourinho.
No hay que ser injustos.
Estabilizó al equipo en cierto nivel competitivo, regresó al club a la UEFA Champions League (vía Europa League y vía tabla general) y, además, desempolvó las vitrinas con la consecución de tres trofeos. No hubo Premier League y Copa de Europa, pero urgía volver a ganar. Y ganó.
Eso es Mourinho: ganar.
Siendo más específicos: ganar sin preocuparse mucho en el cómo.
El problema con el portugués es que su nivel de exigencia y estilo de dirección es tan demandante que la relación con el grupo termina desgastándose y el ambiente comienza a pudrirse. Dejando del lado su experiencia en Inter (se marchó tras ganar un triplete), Mou siempre tuvo diferencias con jugadores. Y, normalmente, son pesos pesados o jugadores clave (acá fue Pogba, que debería ser un jugador franquicia).
José es así y Manchester United, al ficharlo, sabía perfectamente a quién estaba metiendo en casa. A un míster ganador y un estratega TOP, pero también a un personaje que complica el entorno, a un DT cuya filosofía se centra en tapar/nulificar las virtudes del rival y a un gestor de corto/mediano plazo.
La decepción de muchos aficionados del United nace a partir de las expectativas. Es fácil ilusionarse con el palmarés de Mourinho y con el dinero que se invirtió en fichajes, pero antes de pensar en grandes éxitos se debía entender la realidad del club: la vida post-Sir Alex fue tristísima con Moyes/van Gaal, la Champions se estaba siguiendo por TV y a nivel Premier League estaban muy alejados del protagonismo.
En el interior del United debían preocuparse por verdaderamente competir contra rivales de mayor nivel. Y Mourinho, aunque los últimos meses dicen otra cosa (vaya paseos del City y Liverpool en la presente campaña), cooperó para que el United recuperara sangre y competitividad.
En condiciones normales, José no era -nunca- un director técnico para un club como el Manchester United. Pero las sensaciones eran tan malas que los mandatarios tomaron la decisión de ficharlo, pensando en la inmediatez. La presión pudo con ellos, y dieron un volantazo.
Ojo, no estamos sosteniendo que Manchester United cometió un grosero error fichando a Mourinho. Se encontraban en estado de emergencia y llamaron al mejor bombero posible. Lo entendemos. La falla fue aguantarlo tanto, cuando las señales de que el proyecto no daba para más estaban siendo claras.
Y la otra gran falla de la dirigencia ha estado en el mercado. No solo es salir con la chequera abierta, sino invertir con sentido/inteligencia. Manchester City también ha gastado una fortuna, pero se movió de acuerdo a las verdaderas necesidades del equipo y a las pretensiones de su DT. No se trata de coleccionar cromos, esto debe ir encausado a reforzar zonas necesitadas y darle más herramientas/variantes válidas para el entrenador en cuestión.
Ejemplo: después de ver el rendimiento de Lindelof en sus primeros partidos , el problema de Bailly con las lesiones y la inestabilidad de Rojo, es increíble que no hayan ido por un central TOP en el último mercado veraniego. Y quizá lo peor de la situación es que su manera de responder es manteniendo a un Phil Jones o renovando a Chris Smalling.
En el comunicado del United no se aclara si Mourinho se fue por decisión propia, si hubo rompimiento de mutuo acuerdo o si lo despidieron. El punto es que se marchó. Y mientras The Special One debe plantearse alejarse un rato de las cámaras y darse un tiempo (ofertas tendrá hasta el día que se retire), el club tiene decisiones que tomar.
Compartimos la idea de nombrar a un interino porque, ahora mismo, sería exponer mucho al nuevo entrenador. Media temporada, plantel descompensado, situación complicada en Premier League/Champions (van contra PSG) y poco margen en el mercado invernal (es difícil ir por varios bombazos en esta ventana de transferencias).
Solskjær o Carrick, son opciones que nos harían sentido para el interinato.
Después, en paralelo, a pensar quién puede ser la bandera de un proyecto que tenga una mayor relación con los valores/filosofía de la institución. Algunos de los candidatos que hemos leído en reportes ingleses: Zinedine Zidane, Laurent Blanc, Mauricio Pochettino, Leonardo Jardim y Ryan Giggs.
Nuestras opciones más serias: Pochettino, Zidane y Blanc.
Zidane, por lo que representa en el mundo del fútbol, por su caso de éxito en el Madrid y por su sitiación actual (sin trabajo), sería una gran opción. Sin embargo, está en duda su capacidad para construir un proyecto desde la base. Es un gran restaurador y gestor de talento, pero no se encontraría -ni cerca- con una plantilla como la que tuvo cuando llegó al Madrid. ¡Ah! Y no olvidemos que, al parecer, no le ilusiona tanto dirigir en Inglaterra.
Si de nosotros dependiera la decisión, centraríamos esfuerzos en Pochettino. Experiencia de un lustro en Inglaterra, potenciador de talentos jóvenes, propuesta atractiva y ha exhibido capacidad para competir muy bien sin prespuestos estratosféricos (hoy Tottenham tiene a jugadores con fichas altísimas, pero muchos de ellos subieron de escalones tras trabajar con Mauricio).
El problema con él es que tiene contrato de larga duración sin cláusula de rescisión. Para ficharlo, el United tendría que convencerlo al grado de que el argentino prácticamente se plante para pedirle su salida a Daniel Levy. Nosotros lo intentaríamos, pese a saber que la negociación sería durísima.
Plan A: Pochettino. Plan B: Zidane. Plan C: Blanc.
Que se tomen el tiempo necesario, pero que le den rumbo a esto.
Recordar que en Old Trafford, no solo vale ganar, importa cómo se gana.
Por eso, lo de Mourinho, al que nunca le importará colgarse de su propio arco o poner a un mediocentro como nueve para intentar ganar, no se podía sostener más. Ayudó, sí. Pero con él, Manchester United se estaba alejando del camino de grandeza con el que se identifica el hincha.
El mundo necesita que el Manchester United vuelva a ser el Manchester United.