No más novelas.
Sobre la hora, el Club América de México (inolvidables aquellos relatos de Fox Sports Argentina en noches de Copa Libertadores) logró incorporar a dos jugadores de talla internacional. Primero, Nico Benedetti. El poeta del fútbol colombiano. Después, y justo en el último día de ventana de transferencias, oficializaron el fichaje de un viejo conocido para todos los que seguimos el fútbol mexicano: el chileno Nico Castillo.
Vamos por partes.
NICO BENEDETTI, UN POETA PARA GENERAR FÚTBOL
Benedetti, un primerizo en nuestro fútbol. Se desempeña como volante ofensivo, perfil diestro, tiene 21 años de edad y es, sin ningún tipo de duda, uno de los talentos sudamericanos más interesantes de la actualidad. Es un jugador cuya calidad técnica se percibe en cuanto controla una pelota.
Destaca por la claridad que imprime a sus intervenciones, su visión de juego (un distinto en zona de mediapunta), su habilidad para regatear en corto y su capacidad para encontrar el último pase. Ser consistente, la asignatura que todavía no termina por aprobar. Y es evidente que, por edad y por condiciones, su margen de crecimiento sigue siendo amplio.
La verdad, nos parece una muy buena apuesta de la directiva comandada por Santiago Baños. Un chico joven, con ilusión, y que puede aportar la chispa/creatividad ofensiva de la que ha carecido el América (y más por los problemas físicos que ha tenido Jérémy Ménez). Bien resguardado -que nos parece que lo estará con compañeros como Guido, Edson y Mateus- tendrá la libertad suficiente para ofrecerle al equipo su inventiva, golpeo y lanzamientos.
Más que un hombre de goles (sabe dañar en la frontal y pisar el área entrando desde segunda línea), es un generador de ocasiones. Y eso, considerando que viene Nico Castillo y que hay otros finalizadores en el plantel, es lo que necesitaba El Piojo.
Aportará juego por dentro. Benedetti es un arma para dañar por carriles interiores. Si funciona, hará del América un equipo más completo. Porque, sin Ménez disponible, los de Coapa estaban dependiendo mucho de la inspiración y momento de sus extremos.
Insistimos. En el papel, una incorporación buenísima. Habrá que ver cómo responde en cancha. En Colombia, tiene ‘fama’ de no pesar tanto en partidos de alto riesgo. Aunque también se debe entender el contexto. Muchas veces, en Deportivo Cali, se la daban esperando que él resolviera todo. Y las cosas, aún siendo un referente, raramente funcionan así. Con el apoyo colectivo correcto tiene el potencial para condicionar y divertirse en el balompié mexicano.
NICO CASTILLO, EL 9 ELEGIDO
El bombazo explotó.
Siendo honestos, nosotros habríamos buscando el 9 en otro sitio. No somos partidarios de ir por un jugador que alguna vez defendió los colores de un rival directo. De lanzarte con todo por quien, hasta hace unos meses, era referente de un club con el que existe una rivalidad tremenda. Pero ese es nuestro -tonto- lado romántico. Y entendemos que a muchos les importe un carajo el sentido de pertenencia, el pasado y el amor a la camiseta. Hay personas más prácticas y a las que solo les interesan solucionar su problema. No se aferran a nada, simplemente responden a una necesidad. Es respetable y, en ciertos casos, plausible.
Acá América se comportó como se debe comportar América.
Somos románticos, pero también respetuosos. Y nos gusta ver que las instituciones sean fieles a su origen/filosofía, a sus verdaderas creencias y a lo que les permitió hacerse de un sitio en el libro histórico del deporte. Las águilas dejaron atrás la falsa humildad que pregonaron directivos pasados y, por ende, los fichajes de bajo perfil. ¿Vendieron a jugadores importantes? Pues trajeron a un par de jugadores de talla internacional. Eso es América. El verdadero América.
América debe sacudir el mercado. Tiene que buscar ser el tema central del debate. Tiene que emocionar a sus aficionados y generar molestia en los seguidores de los otros clubes mexicanos. Así forjaron su grandeza, no con tibiezas y discursos hipócritas. Si nosotros respetamos nuestro sentido de pertenencia y romanticismo, que ellos no renieguen de sus aires de grandeza y su arrogancia bien entendida.
Lo de Nico Castillo encaja totalmente con el americanismo verdadero. Con el ódiame más. Con el ser noticia en los medios de comunicación. Con conectarle un golpe a un rival directo. Con darle un mensaje al resto de adversarios. Con ilusionar a sus hinchas. Y con la idea de no solo querer ganar todos los trofeos, sino tener un plantel poderoso e intimidamente.
El atacante andino ficha por el América por su etapa en Pumas UNAM, no por su pasado reciente con Benfica. En Portugal no pudo ni abrirse un hueco (tampoco es que haya apostado por la paciencia), pero acá, con un equipo limitado, demostró que tiene las condiciones para devorarse la Liga MX.
Si con Pumas, que no es que le generara un montón de chances o que le pusiera cientos de balones con ventaja, marcó 25 goles en 39 partidos ligueros, imagínense la que puede armar si lo surten de pelotas y permiten que se centre en faceta de finalización.
Nico brilló en el club del Pedregal porque, aunque nominalmente es un 9 rematador, es complicado de referenciar. Sus desmarques de ruptura ordenan ataques, compite bien por aire, tiene un gran juego de espaldas, físicamente es un toro y, sin ser ferrocarril, es competitivo en carreras a velocidad. A este nivel, en el marco del continente americano, es un delantero completísimo.
Las contras del fichaje de Castillo: viene de jugar muy poco con Benfica (no debe andar muy bien en términos de confianza), es propenso a lesiones y no es el tipo más equilibrado en el renglón emocional. No son detalles menores, eh. Pero, bueno, un riesgo asumible si se considera que conoce cómo se compite en México y que sabe qué representa el América.
REFLEXIÓN FINAL
Dos fichajes dignos del Club América. Un mediapunta con una proyección brutal y un 9 que, en un elenco mucho más limitado que el actual América, dominó en el campeonato mexicano. El gran ‘pero’ que le ponemos a las últimas labores de la dupla Culebro/Baños son los tiempos. Sabían que podían llegar a la última eliminatoria del A2018 y sabían que venían bajas significativas (Lainez prácticamente se despidió tras el partido con Cruz Azul). Y, pese a eso, no pudieron consumar las operaciones hasta los últimos días de mercado invernal. Fantástico resultado final, pero el proceso para alcanzar ese resultado pudo ser mejor. En torneos cortos, no tener a tus refuerzos desde el arranque de la preparación, te reduce el margen de maniobra. Lo positivo para el América es que tienen una estructura sólida. Un equipo trabajado. No es lo mismo fichar a buenos jugadores para ir armando un equipo, que tener una base/idea definida para recibir a un par de buenos jugadores.
Con América comportándose como América, el bicampeonato no suena nada descabellado.