Desde aquella conferencia de prensa de despedida en mayo de 2018 se sabía que, algún día, Zinedine Zidane volvería al banquillo del Real Madrid. Lo que sorprende -y mucho- es que el retorno de la leyenda de Francia se está dando tan solo 9 meses y 8 días después del cierre de su primera etapa en el banquillo de la entidad de Chamartín.
Ni un año tardó en volver.
Zidane decidió hacerse a un lado porque, según sus propias palabras, no veía tan claro seguir ganando. Y eso obedece a un par de razones: sabía de la marcha de Cristiano Ronaldo y sabía, sobre todo, de los planes de la Junta Directiva encabezada por Florentino Pérez. Querían que se mantuviera en el cargo con una plantilla que, aunque seguía siendo TOP, se había debilitado. Y, como ZZ siempre ha sido el más listo de la clase, no aceptó. El equipo necesitaba cambios significativos y, como no iban a llegar, el cambio fue él. Se marchó en el momento justo.
Con su regreso, Florentino y los suyos admitieron su error. Los nubló la final en Kiev. Se desorientaron por el irrepetible tricampeonato de Champions. Pensaron que podrían sostener la línea exitosa sin Zidane y sin CR7, pese a que las alarmas debieron haberse encendido por los fracasos en la Liga (a 17 puntos del campeón) y en la Copa de Rey (eliminados en Cuartos de Final).
Si con Zizou y con Cristiano, la chequera debía abrirse. Sin ellos, tenían que ir por golpes de mercado. Por mensaje (interno y externo) y por necesidades futbolísticas, el Real Madrid tuvo que haberle brindado más recursos al entrenador post-Zidane. No lo hicieron, y el castigo fue severo. Lopetegui buscó un juego con mayor posesión y control, sin tener ni a los jugadores necesarios ni a los referentes en su mejor estado de forma. Y Solari, como bombero, simplemente no pudo apagar el incendio (y era difícil que alguien pudiera).
La consecuencia de una desastrosa planificación fue una campaña de nadaplete. Ni Liga, ni Copa, ni UEFA Champions League. No pudieron sostenerse ni en la competición con la que tienen un idilio casi inquebrantable. Los echó un grupo con promedio de edad de 24 años en su cancha, con su gente y superándolos en prácticamente toda la eliminatoria.
EL OBJETIVO A CORTO PLAZO
Con Zidane de vuelta, en una operación de incorporación inmediata, el objetivo es evidente: ganar los once partidos restantes, pensando no tanto en luchar hasta el final por el título Liga, sino en asegurar su presencia en la UEFA Champions League.
Quedarse sin Champions, para El Rey de Europa, sería una catástrofe. Y a como venían las cosas con Solari, entre la semana fatídica y problemas con algunos futbolistas, el escenario era probable.
Si bien creemos que debieron aguantarse hasta el final del curso (lo están mandando a la batalla con armas desgastadas), la figura de Zinedine puede darle un giro a la dinámica del equipo. Lo quieren, lo conocen y, esencialmente, lo respetan. Por lo que fue como futbolista y por el éxito que cosechó en su primera experiencia como DT, el campeón del mundo empieza cada gestión ganando con dos o tres goles de diferencia.
EL RETO DE ZIDANE: CONFECCIONAR PLANTILLA
Si el míster galo aceptó una vuelta prematura es porque, ahora sí, se cumplirán las condiciones que seguramente propuso tras el tricampeón de UEFA Champions League: responder a la baja de Cristiano, acordar algunas salidas (Bale parece tener los días contados en Madrid) y fortalecer zonas que, por la pura edad de jugadores clave, necesitan otro tipo de soluciones.
¿Qué quiere decir esto? Viene un verano agitado en Chamartín. Irán por las contrataciones que, en el mundo ideal, hubiesen llegado en verano de 2018. Zidane está ante un reto distinto y durísimo. Y es que, hasta estas alturas de su carrera, no había estado en posición de hacer cambios significativos a nivel plantel.
Una cosa es decidir quién juega y quién no juega entre los elementos con los que cuentas, y otra cosa es sentarse a decidir quién cuenta para tus pretensiones, quién puede seguir rindiendo, quién no está para vestirse más de blanco y quiénes -y cuántos- deben venir. Lo segundo es con lo que sueña cada técnico, pero trae consigo muchas más responsabilidades.
Gestionando y guiando a un equipo de estrellas de clase mundial demostró que es extraordinario. Esta vez, deberá demostrar su capacidad de reconstrucción. ¿Rescatar a Marcelo Vieira, quien viene a la baja? ¿Mantener o renovar el trivote Casemiro/Kroos/Modric que tanta gloria le dio? ¿Darle una nueva oportunidad a Isco Alarcón? ¿Morirse con Benzema, con todo y la necesidad de mucho más gol tras la marcha de Cristiano Ronaldo? ¿El plan con juveniles que levantaron la mano como Vinícius/Reguilón? ¿Qué bombazos traer?
¿A QUÉ JUGARÁ EL NUEVO MADRID DE ZIDANE?
Un jugador como Cristiano Ronaldo marca y condiciona positivamente un sistema. Con el portugués, había que pensar explotar al máximo todo lo que podía dar. Ahora, sin un TOP5 histórico en la nómina, Zinedine deberá definir un modelo de juego. Buscar y trabajar una identidad.
En su primera etapa, sus grandes aciertos fueron liberar a Kroos/Modric con la presencia de Casemiro, aferrarse a un Benzema que siempre fue vía de descargue/apoyo de CR7 y entender momentos de jugadores como Gareth Bale/Isco.
Detalles tácticos, sí, pero sobre todo gestión y manejo. No revolucionó, le puso sentido común, llevó el vestidor de forma fantástica y explotó un plantel que tenía a muchos jugadores en su prime time.
Con 9 de 13 títulos puede leerse hasta ridículo. Sin embargo, las cosas se deben apuntar tal y como fueron: más que un Madrid con una propuesta/identidad definida, el elenco 2016-2018 dependía muchísimo del talento individual. Normalmente no aplastaban futbolísticamente a sus rivales, pero tenían una pegada y una jerarquía que no recordamos haber visto en la vida.
Las formas no siempre eran convenientes, pero ganaban. Y ganaban mucho.
En esta segunda etapa, a Zidane no le bastará con gestionar y hacer algunos ajustes tácticos. Debe esclarecer lo que pretende y, a partir de ahí, armar el rompecabezas. No puede pretender jugar como si pudiera contar con un futbolista que marca 50 goles por campaña (solo Messi y CR7 hacen eso), o como si Kroos y Modric estuvieran al alza, o como si el Marcelo actual no necesitara aún más apoyo defensivo. Zidane se graduó de la carrera e hizo su maestría en un tiempo récord (2.5 años). Si resuelve esto, doctorado seguro.
EL TIMING DE LA DECISIÓN
Cuando se marchó, muchos recordarán que escribimos que se fue como un señor, dejando la puerta abierta y en el momento oportuno, consciente de que lo que podía desencadenarse por las decisiones de los altos mandos.
En esta ocasión, no tenemos un juicio tan claro.
Lo positivo es que el equipo difícilmente podría estar peor (todo es muy mejorable), que conoce como nadie a la mayoría del plantel y que, a priori, tendrá libertad y dinero para tomar decisiones.
Y lo ‘negativo’ es que será su primera experiencia como verdadero iniciador de proyecto. Insistimos en que, aunque llega en plena competencia como en su primer periodo, el contexto es muy diferente.
Quizá a estas alturas de su carrera como entrenador (recién iniciada), y con su éxito en el Real Madrid tan fresco, pudo descansar un poco más y aguardar por una propuesta más sólida (en otro club/selección). Pero, bueno, no se puede obviar su descomunal vínculo con el Real Madrid y lo seductor que puede resultar para un DT tener margen para el armado de su plantel.
Zidane tiene un crédito inmenso en el Real Madrid. Y pese a que nadie borrará su legado, regresar, en circunstancias tan exigentes y nuevas para él, es exponerse excesivamente a manchar una historia digna de película.
Si algo ha caracterizado a ZZ es el equilibrio emocional con el que ha conducido en su carrera. Decidir con la cabeza, no tanto con el corazón. Acá, la percepción que tenemos es que el sentimiento y agradecimiento pesó muchísimo en su respuesta. Y cuando alguien tan calculador, sereno e inteligente se desborda, el desenlace puede no ser el soñado.
EL MADRIDISMO DEBE VALORAR EL REGRESO DE ZIDANE
El madridismo debe valorar muchísimo lo que está haciendo Zidane, porque realmente no tenía necesidad de regresar. En 2016, era un DT de divisiones inferiores y se le abrió la oportunidad de dirigir a nivel absoluto. Tenía mucho más que ganar. En 2019, su status es otro. Y, en medio de una crisis tan aguda, lo más fácil -y sensato- habría sido pasar por alto la llamada de Florentino.
En un deporte en el que la memoria a corto plazo es una constante y eres tan bueno como tu último resultado/gestión, está asumiendo un riesgo bárbaro. Nadie borrará su legado, pero podría mancharse. Aceptó por valentía, por sentido de pertenencia y por el deseo de ayudar al club con el que más se ha identificado en su vida. Más madridista, imposible.
LAS EXPECTATIVAS DEL MADRIDISMO
En el club más grande de la historia es difícil pedir calma y paciencia, pero es lo que necesitará Zidane. Real Madrid vive una clara etapa de transición y reconstruir toma su tiempo. Los aficionados tienen que entender que recién iniciarán un nuevo proceso, que se avecinan muchos cambios y que sería muy irracional esperar resultados inmediatos.
También se debe comprender que no es -en absoluto- normal ganar 9 de 13 títulos posibles y que lo de las 3 UEFA Champions League consecutivas fue una locura total (algo que nunca antes se había visto y que probablemente no se volverá a ver).
Zizou (contrato hasta 2022) arriba para construir algo a futuro, no para darle continuidad a algo o resolver sobre lo marcha solo con lo que se tiene. Y, en principio, su evaluación debe ir encaminada hacia cómo va eligiendo y trabajando con las herramientas que tiene y que sumará. El hincha necesitará criterio, mesura y calma.
REFLEXIONES FINALES
➔ No vamos a falsearlos escribiendo que nuestra reacción tras la eliminación de la UEFA Champions League ante Ajax hubiera sido llamar a Zinedine Zidane. La verdad, habríamos pensado en entrenadores con experiencia en armado y construcción de proyectos, como Klopp o Pochettino. Pero también entendemos que ambos tienen compromisos vigentes y que, para sacarlos de su club, se tendría que haber invertido lo de un fichaje bomba. Igual lo hubiéramos intentado, eh.
➔ Si las opciones viables solamente eran Zidane y Mourinho, nos parece que se tomó la determinación correcta. José acarreaba sus problemas con el actual capitán madridista, es un DT que más que por un legado futbolísitco se le recuerda por cómo tensó el ambiente en sus días con el Madrid y, a nuestro entender, necesita reinventarse (últimamente sigue haciendo que sus equipos sean competitivos, pero transmitiendo muy poco).
➔ Con Zidane vuelve la ilusión en el madridismo, pero reiteramos: los aficionados deberán apreciar bien toda la pintura y no pretender que se repita lo que vivieron entre 2016 y 2018. Si eso es lo que esperan, es altamente probable que terminen decepcionados. Porque están hablando de un ciclo imposible de repetir.
➔ Florentino Pérez corrigió tras el papelón y respondió con el único personaje que sería aceptado casi con unanimidad. Después de una planificación espantosa -que tuvo tintes de soberbia/orgullo- sacó el balón de su oficina. Si su apuesta vuelve a ser Zidane, esperemos que vaya a tope con él y cumpla con sus peticiones. De otra manera, condicionará su proceso.
➔ Si ZZ tiene éxito, se consolidará como uno de los mejores entrenadores del mundo y confirmará que es mucho más que un gestor del talento. Y si fracasa, su última imagen en el Madrid estará alejada de lo que ha representado para la entidad y, por si fuera poco, se pondrá en duda su capacidad como DT en la élite. Arriesga más que el club porque ‘pone en juego’ una parte de su impecable historia en el Real Madrid y, además, su status como entrenador se enfrenta a una mayor incertidumbre, que si hubiese esperado por un equipo menos golpeado. Más corazón que razón. Su valentía debe admirarse.
➔ Si sostenemos que hubiéramos ido por otro perfil de entrenador está implícito que tenemos dudas con Zidane, ¿no? Pues es porque las tenemos. Ganó muchísimo y lo hizo bien, pero las formas no fueron del todo convincentes. Su equipo no aplastaba desde lo colectivo, sino por su verticalidad, por contundencia, por jerarquía y por el estado de forma de la columna titular (individualidades). Será su prueba de fuego. Y nunca antes, ni como jugador, había estado tan expuesto a quemarse.
Tener a un personaje como Zidane activo siempre es positivo para el fútbol.
De momento, lo único seguro es que será un verano muy divertido en Madrid.
Valoramos muchísimo su lectura, Invictos.
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