No hubo muchas ocasiones de gol, pero no hay partido de UEFA Champions League que no se pueda desmenuzar. Momento de compartirles algunas conclusiones sobre la primera victoria oficial del FC Barcelona en la cancha del Old Trafford (noche histórica, eh).
FC BARCELONA CONQUISTÓ OLD TRAFFORD
➔ La apuesta de Solskjær. El entrenador noruego sorprendió a todos. Cuando parecía que plantearía un 4-4-2 similar al que se vio en el Emirates (contra Arsenal en la Premier League) y en el Parc des Princes (contra PSG en la UEFA Champions League), el míster apostó por un 5-3-2 (cuando atacaban mutaba a un 3-5-2). Mismo sistema que contra los Wolves (formación espejo), cambios en la posición de algunos elementos. Luke Shaw, central, junto a Lindelof y Smalling. Dalot, carrilero por izquierda (perfil cambiado). Young, carrilero por derecha. En el mediocampo: McTominay (interior), Fred (mediocentro) y Pogba (interior). Rashford y Lukaku, los delanteros, buscando un juego vertical y de ataque de espacios. Los puntos clave del plan eran los siguientes: tapar las proyecciones del jugador de banda más peligroso (Jordi Alba), reducir la influencia de Messi (Pogba/Fred/Shaw/McTominay se lo repartieron para vigilarlo e incomodarlo) y presionar alto para recuperar en campo rival. Nos parece que la idea fue realmente buena. El único problema fue que enfrente tenían a un equipo capaz de armar un lío en cosa de segundos. No fue una noche lúcida ni para Busquets ni para Messi. Y pese a ello, fueron los que rompieron el candado con un desmarque de ruptura (Lionel) y con un servicio milimétrico (Busi). Los red devils compitieron bastante bien. Querer tener la iniciativa habría sido un suicidio. Con una postura reactiva + presión alta/intensa hicieron que el FC Barcelona no se sintiera cómodo durante 70-75 minutos. Si bien es cierto que luce complicadísimo que puedan darle la vuelta en el Camp Nou, se les debe guardar respeto, porque, tanto hoy como en París, han dejado claro que entregarse no es lo suyo.
➔ La noche de Gerard Piqué. Llegó al Old Trafford siendo un adolescente, se marchó sin haberse podido abrir un hueco y regresó convertido en uno de los mejores centrales de la época. Una exhibición para confirmar el temporadón. Sólido en duelos individuales, inteligente para defender lanzamientos a campo abierto (generalmente buscaban a Rashford) y muy oportuno cortando servicios horizontales. Fue el MVP. Y sus números respaldan su magnífico performance: 9 despejes, 1 disparo bloqueado, éxito en la entrada que hizo, ganó 4 de 5 duelos individuales y completó 60 de 66 pases intentados. Evitó que Marc-André ter Stegen se ensuciara. Si eres central y quiere seguir mejorando, ve con atención el partido de Piqué en El Teatro de los Sueños. Clases gratuitas.
➔ El sufrimiento de Sergio Busquets. Superado por la asfixiante presión que, por largos lapsos, ordenó el Manchester United. Entre sus imprecisiones, lo bien que el local le tapó líneas de pase y la superioridad que muchas veces le generaron, el campeón del mundo la pasó muy mal. Incluso se tiene que apuntar que ‘jugó gratis’, ya que hubo un par de acciones en las que pudo -y debió- ver la doble amarilla. Sorprende que Valverde no lo haya sacado. Entendemos que es un elemento fundamental, pero hay cotejos en los que los cambios están cantados. Fue un milagro que completara los 90 minutos sin llevarse la tarjeta roja y sin que una mala entrega suya derivara en una anotación del MUFC. Le ayudó que al United le faltó claridad en el último tercio porque, la verdad, lo desarmaron a placer.
➔ Scott McTominay tuvo un partidazo. Nominalmente fue interior por derecha, pero es que apareció por todas partes. Presionó a un ritmo altísimo para no permitir que jugadores como Busquets o Arthur tuvieran tiempo para organizar, apoyó a Ashley Young con las subidas de Jordi Alba, cuando pudo hacerlo sacó balón desde su campo, rara vez quedó mal parado y, normalmente, tomó buenas decisiones con la pelota en los pies. Es un mediocampista que sigue creciendo y que puede ser muy importante en el futuro del gigante inglés. Despligue físico, posicionamiento y criterio. Fue el mejor del Manchester United en el primer capítulo contra los culés. Una presentación digna de un todoterreno.
➔ El ajuste que le dio tranquilidad al Barça. Los últimos 25 minutos fueron los mejores del vigente y futuro campeón de la Liga de España. Valverde mandó al campo a Vidal/Sergi Roberto y, además, modificó el sistema. Rompió el 4-3-3 por un 4-4-2. Rakitic le dio soporte a Busquets (tuvo que haberlo sacado y dejar a Arthur) en el mediocentro y reforzaron los costados con los recién ingresados. Vidal aportó el músculo que estaba faltando por izquierda y Sergi Roberto, con su frescura y conducciones, pudo darle más espacios/opciones a Lionel Messi. Buen lapso de la visita.
➔ Se hablará poco de él. Después de Piqué, el mejor del FC Barcelona en la línea defensiva fue Nélson Semedo. El portugués estuvo correcto en todo lo que hizo. Bien librado en la mayoría de los duelos individuales, mantuvo la posición para evitar alguna sorpresa con el Dalot/Pogba y, por si fuera poco, generó la ocasión más importante en el complemento (pase filtrado a Luis Suárez). No merecía pasar desapercibido. Lo teníamos que decir, y lo dijimos.
➔ La pincelada de Messi. El tráfico en la mitad de la cancha y el juego excesivamente físico que propuso el Manchester United (para prueba los impactos que le acomodó Smalling) complicaron la velada del mejor jugador del mundo. Sin embargo, un balón en el área le bastó para marcar diferencia. Casi sin ver a Lucho Suárez, transformó un mal control en un centro de gol. Un pase al alcance de pocos que, en Messi, resulta normal (así de escandalosamente bueno es). Estando lejos de una actuación memorable, intervino en la jugada del gol y mantuvo ocupados a mediocampistas y zagueros. Eso es Messi: un futbolista que condiciona sistemas (el cambio táctico de Ole Gunnar fue, en buena medida, para controlarlo).
➔ La vuelta en el Camp Nou. Mentiríamos si escribiéramos que vemos al Manchester United dejando fuera al FC Barcelona. Pero las noches mágicas de UEFA Champions League son impredecibles y el recuerdo de Manolas está fresco. Los red devils deberán tener la misma calma que tuvieron ante PSG y entender que prestarse al intercambio de golpes (jugar de tú a tú) los penalizaría muchísimo (la diferencia de calidad en planteles está ante la vista de todos). Presión alta sin perder el orden, paciencia y apostar, una vez más, por el terreno de físico. Si se desorientan y quieren jugarle al guapo, les llenarán la canasta. Barça, por su parte, debe ser mucho más fluido y trabajar mejor con los triángulos (superioridad, arrastre y búsqueda del hombre libre). Porque si superan la ajustada/intensa línea de presión de atacantes/mediocampistas del United, se encontrarán con metros para pensar y decidir. Victoria, gol de visitante y vuelta en el Camp Nou. No avanzar sería un papelón monumental para el equipo de Ernesto Valverde.
Esperamos que hayan disfrutado de la lectura.
Gracias por compartir con nosotros otra jornada de Champions.
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