Chelsea, campeón de la UEFA Europa League 2018/18. De un primer tiempo parejo, y en el que incluso se vio mejor el conjunto gunner, a una segunda mitad completamente blue. El equipo dirigido por Maurizio Sarri noqueó a un Arsenal que fue incapaz de aprovechar su lapso de superioridad.
Una final europea no debe quedarse sin entrega de #ConclusionesInvictas.
Esperamos que disfruten de la lectura.
CONCLUSIONES INVICTAS: CHELSEA SE LLEVÓ LA UEFA EUROPA LEAGUE
➔ La pizarra de Emery y Sarri. Ninguno movió su estructura táctica. El míster español mandó su 3-4-1-2, con Maitland-Niles y Kolasinac como carrileros, con Xhaka/Torreira como mediocentros, con Mesut como mediapunta y con la dupla Aubazette al frente. El italiano, por su parte, no mantuvo el 4-3-3. Christensen por el lesionado Rudiger. Repitió Emerson. No llegó Loftus-Cheek, así que entró Mateo Kovacic. N’Golo Kanté se recuperó. Y Giroud, que la rompió a lo largo de la competición, tuvo el voto de confianza para ser el 9 referencial.
➔ La primera media hora fue del Arsenal. Presionaron alto con mucha inteligencia, lo que les permitió tener ventajas en campo rival. Apretaron a un equipo que le gusta salir jugando desde atrás, siendo vital la labor de Özil sobre Jorginho. El italobrasileño no recibía cómodo y esto impedía que el Chelsea pudiera construir juego desde la base. Además, con el balón en los pies, tenían muy claro cómo dañar. Aubameyang y Lacazette se metían entre centrales/laterales, y Mesut solía cargarse hacia un costado para atraer. ¿Qué generaban con esto? Fijaban a prácticamente todo la línea defensiva y liberaban espacio para uno de los carrileros. Juegas por un sector del campo y terminas cambiando de orientación para atacar por el otro. Ejemplo: mientras Maitland-Niles lleva al balón, Özil se le acerca y Aubazette van moviéndose en diagonal. De esta manera, Emerson quedaba pendiente a Ainsley/Mesut, Christensen/David Luiz se repartían a un delantero y Azpilicueta iba metiéndose para vigilar el área. Y como Hazard/Pedro no siempre volvían (Eden casi nunca lo hace), Kolašinac aparecía con metros por recorrer. Atraían de un lado, Chelsea basculaba y atacaban por el otro. Con este principio, metieron en serios aprietos al elenco de Sarri. La cuestión fue que era complicado sostener el ritmo y Chelsea, al notar cómo iba el trámite, circuló más rápido y fue aprovechando los huecos que se generaban por las subidas de los carrileros.
➔ Hasta que Eden Hazard quiso. Arsenal tuvo situaciones como para ponerse en ventaja, y perdonó. Aubameyang no hizo valer un mal rechace de Kepa, el disparo de Xhaka no bajó lo suficiente y Azpilicueta se encargó de tapar un par de progresiones de Kolasinac que prometían considerablemente. Tras el buen inicio del Arsenal, Chelsea volvió, y Hazard se adueñó de la función. Entendió el partido como nadie y se puso a tocar. Desestabilizó por la rapidez con la que ejecutó. Cuando los rivales esperaban que recibiera e intentara alguna jugada individual, el belga soltaba el pie. En el primer tiempo, le recordamos un taconazo sensacional a Emerson y un balón con el que dejó a Giroud frente a Cech. Imprimió una claridad tremenda a cada intervención que tuvo durante en el primer tiempo. Y en complemento, tras el gol que rompió el candado, encontró los espacios para darse un festín.
➔ El lapso en el que Chelsea lo liquidó. Durante el descanso, la sensación general era que Arsenal estaba exhibiendo más argumentos para llevarse el trofeo a casa. Sin embargo, la tónica cambió tras los quince minutos de entretiempo. La ajustada presión de Mesut sobre Jorginho se aligeró, y esto fue aprovechado por el ex Napoli. Chelsea fluyó más y movió la pelota con mayor soltura. Encima, vino el gol aturdidor de Giroud (gesto técnico de delantero TOP) y esto provocó aún más huecos entre centrales/carrileros y mediocentros. El golpe fue tan duro que jugadores del Arsenal comenzaron a precipitarse (arriesgaron en zonas innecesarias) y vinieron pérdidas que los dejaron muy expuestos. Les hicieron 3 goles en 16 minutos y respondieron al golazo de Iwobi tan solo 3 minutos después. Ni Liverpool en Estambul se animó a tanto (bueno, ellos sí).
➔ Los mediocampistas del Chelsea y la zona clave. De un 1T en el que no se les vio, a un 2T en el que se impusieron con holgura. Jorginho aprovechó los metros que encontró con el bajón de Mesut y el espacio que se generó entre el alemán y Xhaka/ Torreira. Kovacic se olvidó de los taconazos desprolijos y dio vida con sus conducciones/giros (ojo a cómo rompe a Sokratis en la jugada previa al gol de Pedro). Y Kanté puso a disposición todo su despliegue físico. Con Özil fuera de contienda, se generó un 3 vs 2 en la mitad de la cancha. Y a partir de esa superioridad, el no replegar tras la anotación de Giroud y cargar el juego hacia la zona de Sokratis/Maitland-Niles, hubo carnaval blue.
➔ La noche de Aubazette. Primera media hora a gran nivel. Movimientos con mucho sentido y llegaron a ponerse en posición de remate. Se metían entre central y lateral para generar dudas. Cumplieron con fijar y generar espacios. Y cuando caían en alguna banda, se asociaron bien. Pero, bueno, Arsenal no facturó, y lo terminó lamentando. Una vez en desventaja, Lacazette y Aubameyang fueron víctimas del trámite. La desesperación las hizo pisar zonas en las que restan más de lo que suman, perjudicando a los suyos (Aubemayang es quien pierde el balón en la acción del cuarto gol del Chelsea, por ejemplo). Si bien la noche fue jodida, Arsenal debe tener claro que su proyecto debe pasar por este par. Deben rodearlos de la mejor manera posible.
➔ El infravalorado Giroud. Convirtió el primer gol, movimiento de arrastre en la anotación de Pedro, le cometieron el penal y, para finalizar, asistencia sensacional a Eden Hazard. Estuvo involucrado en todos los tantos del Chelsea en Baku. En esta UEFA Europa League marcó muchísimo (líder de goleo), pero su reconocimiento debe ir más allá de la cuota goleadora. Intimida por su poderío físico, juega muy bien de espaldas, es muy inteligente para moverse sin balón y, aunque no haya marcado en el Mundial (muchos se los siguen recriminando, pese a que fue fundamental para el juego directo y de transiciones que buscó Deschamps), tiene gol. Él y Hazard, los mejores de la final. Y fue el MVP indiscutible de la competición. Mucho más que un finalizador. Olivier, desde hace tiempo, es un generador de ventajas para sus compañeros. Showman.
➔ El mejor del Arsenal. No merecía que el último recuerdo de su carrera profesional fuera una final perdida por goleada, pero así se dieron las cosas. Igual nada cambia. Su legado es imborrable y queda en los libros como uno de los mejores porteros de todos los tiempos. Este miércoles, con 37 años y jugando solo a nivel europeo a lo largo de la campaña, fue el mejor del Arsenal (sí, Invictos, la goleada pudo ser peor). Y en su mejor momento, ha sido el portero más dominante que se ha visto en la Premier League de Inglaterra (202 arcos invictos en 443 partidos y 4 guantes de oro). Gracias por todo, Petr Cech. No se te olvidará.
➔ El capitán Azpilicueta. En el momento en el que Arsenal era más, César fue quien sostuvo al Chelsea. No permitió que las basculaciones lo desestabilizaran y pudo sortear de gran manera las subidas de Kolasinic mientras Aubemeyang o Lacazette lo hacían dudar metiéndose cerca de su zona (exhibió un timing tremendo para decidir ante esta disyuntiva) Energía, empuje, intensidad, interpretación, concentración y contundencia en los duelos. Estando a tope, es muy difícil superarlo. Nada más para no dejar, les compartimos algunos de sus números en esta final: 90 minutos, 2 despejes, 2 disparos bloqueados, 4 intercepciones, éxito en 2 de 3 entradas, ganó 5 de 8 duelos individuales, 0 pérdidas, 0 faltas cometidas y 80% efectividad en sus entregas. Estuvo imperial. Completa nuestro TOP3 de la final tras Hazard y Giroud.
➔ Pedro y su cita con la historia. No es ni el más goleador ni el que mejor sabe asociarse. Su principal cualidad pasa por cómo explota los espacios que deja el rival. Poco futbolistas los detectan y aprovechan tan bien como el campeón del mundo. Y a esa cualidad le tenemos que añadir la fascinación que tiene por las grandes noches. En partidos en los que otros jugadores TOP no influyen como suelen hacerlo, él es más diferencial que nunca. Pedrito puede decir que ha marcado en final de Champions, de UEFA Europa League, de Mundial de Clubes, de Copa del Rey, de Supercopa de España y de Supercopa de Europa. Y su palmarés es obsceno. Pieza clave en el mejor equipo de la historia (FC Barcelona de Pep Guardiola), aportó en la mejor Selección de España que ha existido y está ganando con el Chelsea. Un jugador que merece mayor reconocimiento.
➔ La leyenda Hazard. 2 goles, 1 asistencia, 5 ocasiones generadas y el futbolista que lo entendió todo. No era un partido para desequilibrar vía regates, sino con toques rápidos. Y eso hizo. El jugador de 28 años de edad puso pelotas de gol, no se ahogó entre el central/carrilero y, cuando le tocó aparecer en zona de finalización, no perdonó. Jugó con una naturalidad pasmosa. Si fue su último partido con el Chelsea (todo indica que no continuará), se va tras entregar una exhibición memorable, dejando un nuevo título europeo y como un caballero. A diferencia de otros jugadores, nunca habló de más, no se ausentó de entrenamientos y no dejó de rendir. Compitió hasta el final y respetó a la institución que lo ayudó a convertirse en un jugador de élite. Ejemplar manera de conducirse. Es momento de que cumpla el sueño de jugar para el Real Madrid. En The Bridge, ya se inmortalizó.
➔ El primer título de Sarri. Su continuidad estuvo en riesgo y su propuesta futbolística no terminaba por convencer un sector importante de aficionados del Chelsea (quizá todavía no lo hace). La cultura de la inmediatez en la que estamos inmersos dispara la impaciencia. Todos quieren ganar, pero hay quienes no están dispuestos a soportar el camino hacia el triunfo. Y cuando pasa eso, procesos estimulantes terminan siendo cortados. La directiva aguantó a Sarri, y los objetivos, pese a algunos baches, se terminaron cumpliendo. Entraron al TOP4 de la Pemier League (boleto para la próxima UEFA Champions League) y se consagraron campeones de la UEFA Europa League. A media campaña, vimos a un Sarri poco flexible desde lo táctico y al que comenzaba a costarle el entorno. Fue entendiendo cómo iba la cosa, se abrió a algunos ajustes (se llegó a ver un 4-2-3-1 y hubo partidos en los que optó por un Chelsea más vertical) y el balance, entendiendo que es su curso de debut en Inglaterra, ha sido positivo. De cara a la próxima temporada, será dura la vida sin Hazard y las opciones del Chelsea dependerán mucho de la sanción de la FIFA. Sin consiguen la cautaler y pueden fichar, deberán moverse por jugadores defensivos (David Luiz está para ser complemento, no pilar) y un mediapunta que se sume al ya contrato Christian Pulisic. Si no pueden fichar, la historia se complicará. Aunque hará aún más interesante la gestión de plantilla del míster. Por cierto, qué ejemplo de superación, eh. De dirigir en la octava división de Italia y de tener que trabajar en un banco porque no podía mantener a su familia solo con el fútbol, a ser DT de uno de los clubes más poderosos del planeta y levantar un título europeo. El premio a nunca bajar la guardia. Ojalá siga cosechando éxitos. Por su persistencia, ética de trabajo y propuesta (a nosotros nos agrada), merece más trofeos. Salud por Maurizio.