Un año más de vida, un año más siendo Invictos. Nunca más de acuerdo con la icónica frase ‘el tiempo pasa rápido cuando te diviertes’. Apenas podemos creer que en 2019 celebramos el séptimo aniversario del momento en el que arrancamos con esto. En aquel entonces, pensamos que saldría bien. Pero lo que hemos conseguido, sinceramente, ha superado cualquier expectativa.
No sabíamos un carajo del ecosistema digital (unos auténticos trogloditas de las redes sociales), no teníamos experiencia alguna en medios deportivos y no contábamos con una especia de guía que medianamente nos encaminara. Siempre lo hemos dicho/escrito: lo más sensato a nivel profesional/personal habría sido no arrancar Invictos.
Pero, a veces, para disfrutar a mediano/largo plazo es necesario tomar el camino más incómodo y complicado. Nos desviamos del rumbo al que estábamos llevando nuestras vidas, arriesgamos el todo por el todo, y lo hicimos funcionar. No funcionó por casualidad o por arte de magia, funcionó porque trabajamos sin guardarnos nada.
Jugamos sin plan B para no descuidar el A. Insistimos en que no es ni lo más sensato ni lo más recomendable. Sin embargo, lo que hemos aprendido es que, cuando genuinamente te entregas/exiges, lo más probable es que cumplas tus objetivos. No es una garantía, pero es la ruta que definitivamente te acercará más a lo que deseas.
Cuando iniciamos con Invictos nos importaba un carajo el tema de los números y el reconocimiento, lo hicimos buscando satisfacción, felicidad y realización. Por convertir en realidad el ‘imagina despertarte y que tu ‘trabajo’ sea ver/cubrir/analizar fútbol’. Después de más de 2700 días de lucha, nos sentimos contentos con lo que, gracias a nuestro trabajo y su respuesta, se ha logrado.
Queremos que el 2020 sea el año de una revolución invicteana (debemos trabajar más en el nombre, JA). Tenemos ganas de, una vez más, hacer lo menos sensato. No sabemos cómo saldrá, pero sí tenemos clarísimo que entregaremos el máximo para que las expectativas generadas vuelvan a quedarse cortas.
Y más allá de la sacudida que pretendemos dar, nuestro propósito prioritario es disfrutar más de lo que hemos podido construir. Lo confesamos: últimamente la operación nos ha atrapado tanto que nuestra capacidad de asombro ha venido a menos. Nos ha faltado parar, sentarnos, reflexionar y dimensionar. Porque Invictos no tiene una pizca de normalidad.
No es normal que tres cabrones se hagan cargo de actividades que en otros lugares requieren de grupos de muchísima gente. No es normal haber forjado una comunidad inmensa alrededor del mundo. No es normal que tantos futbolistas profesionales (algunos TOP) sigan/lean lo que hacemos. No es normal el impacto que hemos producido. Y no es para nada normal que tantas personas nos estén permitiendo ser parte de su día a día.
Si todo sale como lo esperamos (remaremos para que así sea), el 2020 va a ser el inicio de nuestra mejor época. Huevos, dedicación, entrega, creatividad y disciplina para cumplir lo que deseamos. Calma, sabiduría y equilibrio emocional para gozar mucho más del trayecto.
Vamos a romperla. Pero no solo nosotros, queremos que ustedes también lo hagan. Salgan, encuentren lo que los haga sentirse felices/plenos, prepárense, entréguense y luchen hasta el final. No se queden con las ganas de nada. Porque, aunque suena a cliché de película palomera, de lo único que verdaderamente nos terminamos arrepintiendo es de lo que quisimos hacer y, por miedos (normalmente relacionados con terceros), no intentamos.
Los queremos con la vida.
Y, por favor, nunca acepten la derrota como algo definitivo: “No somos Invictos porque nunca perdemos, sino porque no aceptamos la derrota como un estado definitivo. En la vida puedes perder, pero solo estarás completamente derrotado si así lo deseas».
FELIZ 2020.
INVICTOS.