Lo podemos confirmar. Cuando te diviertes, cuando dedicas tus días a lo que verdaderamente te apasiona, la sensación es que el tiempo se pasa rapidísimo. Son 8 años de Invictos. Vaya locura. Bendito instante en el que dejamos de hablar y comenzamos a hacer. Bendita madrugada del 18 de julio de 2012.
Quienes nos leen desde hace tiempo saben parte de nuestra historia. Invictos lo emprendieron tres personas que no conocían nada sobre el ecosistema digital (jamás fuimos asiduos de redes sociales), cuyas carreras universitarias iban en una dirección distinta y que no contaron con algún guía con experiencia previa en el terreno.
Fue lanzarse y remar.
Acertar y fallar.
La prueba, el error.
En principio fue jodido, no estamos para mentir. Y más porque la vida tiene esos lapsos que hacen que todo tambaleé. Cuando lo más sensato era parar, cuando lo más inteligente -en términos económicos y proyección profesional- era frenar, seguimos. Nada nos detuvo. Afortunadamente, ni el sentido común lo hizo.
Fuimos valientes. Lo seguimos siendo.
Nos atrevimos a transitar un camino completamente desconocido porque creímos en nuestro trabajo. Porque estábamos convencidos de que podíamos dedicarnos a esto. Y porque muchos de ustedes, sin saberlo, fueron el aliciente que necesitábamos para mantenernos en la lucha. Sus mensajes y palabras positivas nos dieron el soporte suficiente para no claudicar.
Este 2020 ha sido especialmente desafiante. Lo empezamos con una ilusión bárbara, con la intención de que fuera un año de explosión. Queríamos sorprenderlos con varias novedades, pero éstas han quedado en espera. La pandemia vino a pausar el mundo y, obviamente, no quedamos exentos.
Proyecciones incumplidas, acuerdos comerciales que no pudieron prosperar y meses llenos de incertidumbre. Son temas menores si se comparan con lo que han tenido que afrontar miles de personas, pero no dejan de generar cierta frustración. Y si bien ha sido un período complicado, no hemos perdido el entusiasmo.
Estos meses sin fútbol, sin partidos diarios, incrementaron las noches de reflexión. Normalmente es positivo, pero también tiene sus contras. Es extraño. Incluso cuando estás haciendo cosas que te estimulan, motivan y apasionan, el ‘hubiera’ no desaparece. Lo decimos con conocimiento de causa.
Eso sí, la respuesta final siempre nos deja tranquilos. Porque aun cuando ponemos en la mesa todo lo ‘malo’ de nuestra actualidad (ya saben, acá no hay fines de semana de descanso, no hay vacaciones estipuladas y no hay ingresos fijos) y nos atrevemos a ser extraoptimistas con lo que habría pasado si hubiéramos hecho lo ‘sensato’, estamos convencidos que no seríamos lo felices/plenos que hemos sido gracias a Invictos.
Transformamos nuestro hobby en un ‘trabajo’. Y lo hicimos con honestidad, con pasión, con originalidad, con huevos, sin traicionarnos y sin joder a nadie más. Siempre en la nuestra. Alejados de imitaciones, de provocaciones, de polémicas y de prácticas lamentables.
El ‘qué’ nos emociona.
El ‘cómo’ es lo que nos llena de orgullo y de satisfacción.
Éxito en su máxima expresión. Y no por los likes, por los RT o por el número de seguidores, sino por las metas alcanzadas y, sobre todo, por las formas. Sin importar qué venga -que seguro será algo positivo porque los tenemos con nosotros- ya ganamos este juego. Y es un triunfo que habría sido imposible sin su apoyo, sin su confianza, sin su buena onda. Ganamos junto a ustedes.
Gracias por hacernos parte de su día a día.
Gracias por ser parte de esta felicidad.
Ocho años, y los que faltan.
Apenas vamos calentando…
TODOS SOMOS INVICTOS.