Llegó La Sexta del Bayern Munich. PSG hizo historia al instalarse en su primera final de Copa de Europa, pero no les alcanzó para doblegar al equipo dirigido por Hansi Flick. Una noche como ésta no podía quedarse sin una entrega especial de la sección más aclamada del planeta.
Esperamos que disfruten la lectura.
Y, una vez que finalicen las reflexiones, no duden en compartirnos su retroalimentación. Para nosotros, siempre será un placer interactuar e intercambiar puntos de vista con ustedes.
LECTURA OBLIGATORIA: LAS 15 DE INVICTOS
➤ La UEFA Champions League más dominante de todas. Ganaron 11 de 11 partidos posibles, convirtieron 43 anotaciones y solo recibieron 8 goles. Un conjunto que destrozó al Tottenham en fase de grupos, que paseó al Chelsea en octavos de final, que humilló al FC Barcelona en cuartos de final, que goleó al Lyon en semifinales y que venció al PSG en la final. Nunca antes se había visto tanto dominio en una misma UCL. Por su asfixiante propuesta de presión alta, por su poderío ofensivo y por sus resultados, el Bayern Munich 2019/20 ya está entre los mejores cuadros de la historia. Y no es ninguna exageración.
➤ Una final que no decepcionó. Por ahí, considerando nombres y los trámites en juegos anteriores, se pensó que sería una final de muchos goles. No fue así. Aunque, si se repasa con calma, sí hubo ocasiones como para que llegara el carrusel de anotaciones. Este escenario no se cumplió debido a que la tensión propia de un duelo por el título nubló la contundencia de ambas escuadras y porque los porteros, especialmente Manolito Neuer, activaron el beast mode. Cayeron más anotaciones en Kiev (2018) y en Madrid (2019), pero nos dejó más satisfechos esta final. Si bien hubo 15-20 minutos en el segundo tiempo de letargo, nos gustó el ritmo, la presión alta de ambos lados, la búsqueda constante del arco rival y el atrevimiento exhibido (muchas veces sin precisión). Disfrutamos, la verdad.
➤ Ley del ex histórica. No venía siendo titular y su primera media hora no fue nada buena. Una vez que le ganó el primer 1 vs 1 a Kehrer, se fue soltando. Y su momento llegó en el complemento. Sin ser un especialista de juego aéreo, remató -con toda la convicción del mundo- un balón precioso de Joshua Kimmich. La anotación del triunfo fue de Kingsley Coman, el chico que se formó y debutó en el París Saint-Germain, pero que prefirió marcharse ante la falta de huecos en el XI absoluto. Palmarés con títulos para repartir. El detalle es que le faltaba ser decisivo en la obtención de un trofeo TOP. Y el fútbol es tan impredecible que miren nada más en qué contexto apareció: final de UEFA Champions League contra PSG. No tiene sentido terminar este punto diciendo que fue algo ‘soñado’. Imposible que, cuando se marchó de casa, imaginara/visualizara que algo así le iba a suceder. Script de película para un héroe completamente inesperado.
➤ El portero legendario. En la primera parte, con el marcador 0-0, doble atajada contra Neymar y correcto posicionamiento para tenderse -sin problemas- ante un flojo disparo de Kylian Mbappé. Y en el segundo tiempo, ya con ventaja, frustró un intento de Marquinhos, controló un servicio peligroso para Mbappé y, en una acción en la que se señaló offside, se impuso en una batalla más contra Mbappé (qué manera de achicarle el ángulo). Bajo palos, bestial. Y con balón, un jugador de campo más. El líbero que es capaz de generar superioridades en salida y de repartir pases largos al por mayor (trazos, no despejes). La seguridad que transmite, el respeto que provoca. Con 34 años, y luego de un par de temporadas en las que generó dudas (lesiones y baja de juego), volvió a su mejor versión. No solo es uno de los mejores porteros de la época, pertenece al grupo de los mejores guardametas de la historia. Tenemos una debilidad por Gigi Buffon, pero reconocemos a Manolito como el más completo de todos. Y para nada discutiríamos a quienes lo colocan en el #1 del podio. Hay argumentos de sobra para hacerlo.
➤ El masterclass de Thiago Alcántara. Nuestro MVP fue el mediocampista español. Sin demeritar -jamás es la intención- a Kingsley Coman y Manuel Neuer, si tuviéramos que quedarnos con una actuación individual sería con la de Thiago. Majestuoso recital el que montó. Incluso en los 45 minutos iniciales, que fue donde reinó la imprecisión en el Bayern Munich, fue quien clarificó, organizó y aportó fluidez. Sin balón, solíamos recriminarle su falta de intensidad y, en ocasiones, carencia de despliegue físico. Ese Thiago permisivo quedó en el olvido. Un soldado de primer nivel al momento de presionar y regresar. Y con balón, lo que hizo en esta final, fue un abuso. Sus movimientos para ofrecerse como opción en fase de salida de balón, sus giros/controles orientados para sortear presiones rivales, sus cambios de orientación para dañar el lado débil, el criterio para decidir y esos servicios tensos/escondidos (movimientos corporales que confunden al rival) entre líneas para liderar ataques (ojo al pase que mete en la jugada del gol). Mediocentro organizador. Una exhibición de regista digna de ser grabada. Si lo de este 23 de agosto de 2020 fue su despedida del gigante bávaro, qué manera de decir adiós. Se confirmó como uno de los mejores mediocampistas del planeta. A pesar de todo lo que le ha tocado sufrir con lesiones, sí llegó a dar el salto de calidad que muchos esperábamos. Una delicia ver a un centrocampista con un juego tan elegante e influyente. Salió a disputar el ‘partido de partidos’ como en sus días en el fútbol sala. En unos años, cuando toque recordar La Sexta del Bayern, será imposible no evocar lo que hizo el mayor de los Alcántara. Arte.
➤ Thomas Müller siempre aporta. No tuvo la incidencia con balón de otras noches, perdió la mayoría de sus duelos (se impuso en 4 de 17 batallas) y solo completó 1 de los 5 centros que sacó. Si solo se revisan sus números, sus estadísticas, lo normal sería cuestionarse por qué es titular. Bueno, pues porque Flick sabe que, con su interpretación del juego y con su capacidad para generar/aprovechar espacios, es muy poco probable que no entregue algo. Hoy, con todo y esos números de arriba, produjo un par de ocasiones. Y, encima, intervino en el gol. ¿Quién fue el que picó con todo rumbo al área en búsqueda del balón y, en medio de tres rivales, tiró un apoyo para que Joshua Kimmich pudiera ver todo de frente? Exacto. Thomasito. Aun cuando no convierte o asiste, Müller genera ventajas. Niko Kovac lo relegó al banquillo y Joachim Löw lo retiró de la Selección absoluta de Alemania, pero el canterano bávaro no permite que nadie -que no sea él- lo sentencie. No es brillante por cómo trata la pelota, sino por cómo entiende el juego. Un mito.
➤ La final de Neymar. Fantástico en octavos, cuartos y semifinales, pero le venía faltando algo: contundencia en zona de definición. Y no, no la encontró contra Bayern Munich. No pudo imponerse en su único duelo contra Neuer y no apareció esa chispa creativa que le permitió generar un montón de ocasiones contra Atalanta/RB Leipzig. Se desgastó mucho en sus tareas de presión y, además, terminó enfrascándose en disputas físicas (Gnabry y Goretzka). ¿Intimidó? Intimidó. No dañó. Bayern Munich se lo repartió de maravilla y pudo controlarlo. El nacido en 1992 ayudó a que el PSG dejara atrás los fantasmas y por fin superara la barrera mental; sin embargo, la misión quedó incompleta. Si nos vamos a la definición exacta del término ‘fracaso’, pues sí, PSG fracasó. Pero las formas siempre deben ser consideradas. Y el PSG de Neymar llegó a ‘tierra prometida’ y cayó pelando contra un equipo -colectivamente- superior.
➤ No pudo ser para Kylian Mbappé. Nos gustó más como lanzador de último pase que como finalizador. Algo raro en él. Por primera vez desde que debutó, lo notamos nervioso e intranquilo al definir. Las lesiones no solo pasan por la mejoría de la zona afectada, también requieren de una recuperación psicológica. Es normal no ir a tope cuando vienes saliendo de un problema como el que afrontó Kylian. Sin afán de justificarlo, porque es claro que quedó a deber en la final, fue una pena que no llegara a estas instancias sin ese percance. Igual tenemos claro que no será su última final de UEFA Champions League. Da la impresión que lleva mucho tiempo en esto, pero no deja de ser un juvenil de apenas 21 años de edad. Volverá.
➤ Thomas Tuchel y sus modificaciones. La desesperación, el deseo por intentar sacudir con cambios, traicionó al míster alemán. Había que buscar revulsivos, sin sacar a los que mejor estaban jugando de su equipo: Ángel Di María, Ander Herrera y Leandro Paredes. Con la portada del lunes, todos somos unos fuera de serie, cierto, pero insistimos: la crítica no es por intentar impactar con sustituciones, sino por prescindir de los futbolistas que mejor estaban rindiendo. Y lo de Mauro Icardi, que vio toda la final en el banco, tampoco se entiende. Quizá por el famoso momentum, se la jugó con Choupo-Moting. Esa apuesta fue más de feeling que de sensatez. Porque, si necesitas goles, lo más prudente es meter al especialista en finalizar jugadas, ¿no? En el tramo final tocaba cargar el área con un 9 de sus características.
➤ Los volantes del PSG. París nos agradó más que Bayern Munich en el primer tiempo. Y los responsables detrás de esa sensación no fueron ni Neymar ni Mbappé, fueron Ander Herrera y Leandro Paredes. Compromiso y concentrados para apoyar a los laterales, muy metidos en sus desafíos con Thiago (Ander) y Goretzka (Paredes), y qué calidad con la bocha. Las mejores ocasiones del cuadro de la capital de Francia nacieron de sus botines. Recordamos perfecto el balón de Leandro en una chance que Kimmich le tapó a Mbappé, y dos servicios poéticos de Ander que Kylian y Di María no supieron aprovechar. Por los interiores del PSG no pasó la derrota. Nada que reprocharles.
➤ La valentía de Flick. Muchos les decían (entrevistas previas a la final) que jugar como lo venían haciendo, contra elementos como Neymar, Mbappé y Di María, era muy arriesgado. Pese a eso, Flick no modificó su estilo. Consideró que era más arriesgado traicionarse, y mandó a los suyos competir con el mismo modelo y la misma determinación que en las rondas previas. Triplete que nació a partir de una presión alta bien organizada, intensa y enérgica. Fueron capaces de lastimar en posicional, pero también con un juego directo y vertical, cautivando con su versatilidad y poderío físico. Bayern ganó siendo Bayern. Fueron fieles a sí mismos. Y ese es el mayor triunfo de Hans-Dieter Flick.
➤ Rendidos ante Kimmich. Cuando no estuvo Thiago, la rompió toda jugando como mediocentro junto a Leon Goretzka (así ganaron la Bundesliga y la DFB Pokal). Y cuando faltó Benjamin Pavard, la rompió toda como lateral derecho. Dominante en la medular, dominante siendo lateral. Competitividad, inteligencia, juego asociativo, personalidad (es un líder en la cancha) y, por si fuera poco, tiene un guante en la diestra (qué asistencia para Coman). Futbolista impecable. Se fue Lahm, apareció Kimmich. Inviable encontrar a un mejor sucesor.
➤ Don David Alaba. Lateral izquierdo, mediocentro, interior y, para culminar la obra, temporadón jugando como zaguero. Una falla grave (regalo a Di María), pero la fortuna le sonrió y le salió un finalón. La velocidad para los regresos, su buen sentido para anticipar, líder de esa línea adelantada (requiere de un nivel de concentración altísimo), muy competitivo en el 1 vs 1 y su ayuda en salida por la facilidad que tiene para encontrar pases progresivos. Vaya carrera lleva. Y, lo crean o no, apenas tiene 28 años. Como Thomas Müller, merece mucho más reconocimiento del que tiene. Es una leyenda.
➤ La campaña del PSG. Campeones de Ligue 1, campeones de Copa de Francia, campeones de Copa de la Liga y finalistas de UEFA Champions League. El mejor ciclo en toda la historia de la entidad. A nivel doméstico, mantuvieron el dominio. A nivel europeo, dieron un paso hacia al frente. Se unieron y pudieron salir de un bache profundo. Sin ser una plantilla tan equilibrada (más allá de que los números de la defensiva fueron positivos, es una línea bastante mejorable), llevaron al club a un escalón que desconocían. Siguen avanzando rumbo al gran objetivo. Y, de continuar como hasta ahora, seguramente llegará la suya.
➤ Merecido triplete. Y pensar que arrancaron el curso con más incertidumbres que certezas. Al final, tras el cambio de timón, la dinámica cambió. El retorno del mejor Neuer, la dupla Alaba/Boateng, la irrupción/consolidación de Davies lateral, la plurifuncionalidad y consistencia de Kimmich, la regularidad y fortaleza de Leon Goretzka, la confianza en Müller, el timing y la soltura de Thiago Alcántara, la explosividad y pegada de Gnabry, el intratable Lewandowski (el Balón de Oro 2020 se entregue o no), la respuesta de Perisic/Coman… y podríamos seguir. Ganó el mejor equipo del mundo. En el deporte no siempre gana el mejor, eh. Esta vez, sí sucedió. Merecidísimo.
Muchas gracias por compartir con nosotros otra final de UEFA Champions League. Gracias por estar pendientes de las coberturas que hacemos y de todo lo que posteamos en nuestras plataformas. Nos entregamos al máximo para estar a la altura de lo que se merecen.
Los queremos con la vida.
INVICTOS.